La habitación de Axel está igual que entonces. Sus trofeos, la computadora, su cama de una plaza con el cubrecama azul, el cuadro con la foto de su viaje de egresados, muchos sombreros y fotos de su novia, y la de su último cumpleaños. Hasta sigue pegado en un mueble un cronograma de los horarios de las materias que había comenzado a cursar.
En la casa de Martínez, donde viven sus padres Juan Carlos Blumberg y María Elena Usonis, hay un silencio que conmueve. Hoy se cumplen diez años del asesinato de Axel Blumberg, que tenía sólo 23 años y que estuvo seis días cautivo. “Todas las noches voy a su cuarto y le cuento lo que hice. Hice tal cosa, ayudé a tal persona... Yo le cuento a él… A mí me hace bien porque cuando yo era chico le rezaba a Dios antes de ir a dormir. En este caso, subo a su cuarto”, cuenta Blumberg.
—¿Siente que pudo hacer el duelo que necesitaba?
—Muchos me preguntan cuánto tiempo sufrí. Yo tuve la suerte de que a nosotros nos vino a ver un señor que es especialista en duelos y es muy importante a nivel mundial. El me decía que se necesitan como mínimo tres años para un caso como el mío para que uno empiece a estar mejor. Inicialmente a la noche no podía dormir, me venían flashes de Axel como lo vi en la autopsia… todo golpeado. A mí me hace bien ayudar a otra víctima.
—¿Qué piensa del papa Francisco? ¿Conoció alguna vez a Jorge Bergoglio?
—Muchas veces tuve reuniones con Bergoglio que se transformaban en discusiones. Yo le decía que el preso tenía que trabajar ocho horas y después estudiar, pero nunca abogacía ni medicina. Bergoglio me decía que yo no podía pensar así. Teníamos diferencias pero me da alegría que quiera modificar asuntos de la Iglesia.
Desde que se conoció el anteproyecto del Código Penal, Blumberg está inquieto y ahora va a colaborar en la recolección de firmas para frenar la iniciativa. “Si esto no salía a la luz ¡andá a cantarle a Gardel! –se indigna–. Zaffaroni (el juez) es un inmoral y Arslanian (León) destruyó a la Policía de la Provincia. Si un individuo mata a alguien, entonces ¿qué hacemos?, ¿lo mandamos a su casa? De todo lo que escuché, 146 artículos reducen las penas, el 82% del Código permite las excarcelaciones. Para un robo con armas va una pena de 5 a 15 y lo bajan al mínimo, por lo que el delincuente no va a quedar detenido. La (pena por) comercialización de estupefacientes de 15 años pasa a 6 años. De 289 artículos, 174 admiten suspender juicio a prueba, cualquier cosa. ¡Se baja la pena hasta del sicario!”, explica casi sin respiros. “¡Esto es una joda!”, se indigna.
Vuelven los recuerdos de Axel, y Juan Carlos Blumberg, por un momento, se permite salir de la coraza. “Una cosa que yo me voy a reprochar es por qué no tuve más hijos –cuenta con tristeza–. Mi mujer no quería porque yo vivía viajando. Imagínese qué lindo hubiera sido haber tenido tres o cuatro hijos. Es terrible haber perdido el único hijo, al que le puse toda la energía para que sea una persona de bien. Yo hasta tenía el smoking para el casamiento, que me lo compré en Milán. Hoy lo uso para las bodas de los amigos de él… Eso me da alegría pero también sufrimiento”.