"Parecían buenos pibes, pero esa noche sí que andaban muy borrachos o muy drogados", le expresó a Perfil.com un vecino de Boedo que se cruzaba frecuentemente con los tres presuntos autores del brutal crimen de Matías Jano Fernández. Se refería a Leonel Bufaño (23), el dueño del bate de béisbol mortal, Hernán Mendieta (25) y Néstor "Papelito" Horisberger (27), el único que hasta ahora declaró e intentó despegarse del crimen ante la jueza María Fontbona De Pombo.
A diez días del asesinato de "Janito" a la salida de la discoteca "Fantástico" en Balvanera, los amigos que lo acompañaban el mismo día de su cumpleaños, su padre Jorge y su abogada María Lucano creen que el grupo de Bufaño salió aquella noche "a agredir a quien sea" y que eligieron a Jano al azar en la calle, sin que mediara pelea o discusión previa.
"No fue una vendetta, no se conocían. Lo mataron sin motivo aparente, porque sí", se lamentó Jorge Fernández en diálogo con Perfil.com. La hipótesis que también manejaría la jueza De Pombo es que por Facebook la familia se enteró que otro grupo de chicos denunció agresiones casi a la misma hora, de un grupo de jóvenes con rasgos similares con un bate en sus manos y a sólo dos cuadras de Sánchez de Loria y Don Bosco, donde Jano fue asesinado.
Un amigo de Jano y testigo directo del asesinato contó a Perfil.com que el joven asesinado caminaba con sólo unos pocos amigos, separado el resto, y del otro lado de la calle estaba estacionado el Fiat Siena de Bufaño y los otros que fueron captados por cámaras de seguridad del lugar y ahora son los sospechosos.
Bufaño habría escuchado el nombre del joven y lo repitió ("Jano, Jano") buscando algún motivo de pelea, pero el otro no le respondió por temor. "¿Estás sordo Jano?", continuó increpando, según el relato que hizo el testigo a este medio. Entonces, Bufaño y sus amigos se bajaron del vehículo y en 27 segundos acabaron con la vida del jóven de La Boca de 20 años.
Primero Bufaño le pegó salvajemente con el bate en la cabeza y sus dos cómplices lo remataron en el piso a golpes y piedrazos, relató ayer un testigo a la Justicia.
Peligro en Boedo. Perfil.com realizó una recorrida por el barrio porteño donde vivían los acusados. Estos trabajaban juntos como repositores en el supermercado Carrefour de Paseo Alcorta. Al día siguiente del crimen, los tres fueron a trabajar, aseguró la abogada querellante a este portal. "¿Por qué al día siguiente fueron a sus empleos como si nada?", se preguntó la letrada María Lucano.
Vecinos coincidieron que Bufaño se ufanaba de mostrar el letal bate de béisbol por la vecindad. Lo guardaba en su Fiat Siena por "seguridad" y para "defensa propia", según decía el acusado. El principal imputado vivía en Carlos Calvo al 3900 con Soledad (20), su novia embarazada.
Él trabajaba durante el día y por la noche sacaba a pasear a su perro labrador. Ante la consulta de este portal, ningún vecino o comerciante de la zona recordó una pelea que lo involucrara, pero sí dicen que se lo veía bebiendo mucho alcohol en bares del barrio.
De acuerdo al relato de otro vecino que no quiso identificarse, Bufaño no tenía buenas compañías. Cuentan que un hermano suyo también fue detenido tras una riña callejera mientras que un amigo y vecino suyo, apodado "Mac", es conocido en Boedo por sucesivos robos y su pertenencia a la barrabrava de San Lorenzo.
Por su lado, Hernán Mendieta vive a dos cuadras de Bufaño y es menos conocido en el barrio. El martes, cuando vio que su amigo era detenido, quiso escapar en moto hacia su casa, pero la Policíal lo atrapó. Ni Mendieta ni Bufaño quisieron declarar en el Juzgado en lo Criminal Nº33 por orden de sus abogados. Es que recién el viernes último sus defensores recibieron el expediente de la causa. A Bufaño lo defiende un abogado de oficio, ya que no cuenta con uno propio.
En tanto, Néstor "Papelito" Horisberger se presentó el día de las detenciones acompañado por su padre en la Comisaría 8º de Boedo. El jueves declaró ante la jueza y dijo que él no se bajó del Siena y que a las tres cuadras se separó de sus amigos, con lo que los comprometió en el caso.
"¿Por qué no fue a ayudar a Jano en ese momento? Ninguno de los tres mostró arrepentiemiento y deberían ser procesados por los mismos cargos", solicitó la letrada Lucano.
(*) De la redacción de Perfil.com.