“Aires buenos” fue el lema con el que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires arrancó el fin de semana pasado campaña antitabaco. Sin embargo, será recién durante el sábado y el domingo próximo que la norma pase su prueba de fuego en boliches y locales nocturnos. El problema, en realidad, es que nadie sabe con seguridad cuáles son los alcances de la ley en lugares para bailar. Los dueños y encargados de las discos, por lo pronto, reconocen que están a la deriva.
En Pacha –uno de los cetros emblemáticos de la noche porteña– aseguran que “la ley es ambigua en ese sentido porque afirma que en las discotecas estaría prohibido fumar a los menores de 18 años. Eso implicaría que los demás podrían hacerlo entonces tranquilamente”.
La disco abrió el sábado pasado pero entendieron que la ley había entrado en vigencia recién el domingo y no contaron con la madrugada, por lo que todo transcurrió normalmente y sí se verá que sucede el fin de semana próximo. “Además porque muchas discotecas tienen como grandes sponsors a las tabacaleras”, sugirieron desde Costanera Norte.
La letra chica de la norma 1.799 de Control de Tabaco pone énfasis en la prohibición del hábito de fumar en restaurantes, bares, confiterías y casas de lunch, cybercafés, shoppings, salas de teatro, cine o cualquier otro espectáculo público que se lleve adelante en lugares cerrados.
Sin embargo, entre las excepciones de la disposición figuran las salas de fiestas o de uso público y los locales bailables clase A, B y C en los que no se permita la entrada a menores de 18. Los pubs o bares habilitados para fumar tendrán sí que tener más de cien metros cuadrados para permitir a sus clientes encender un cigarrillo.
Consultados por la prerrogativa, en el Gobierno de la Ciudad respondieron a perfil.com que sólo los lugares bailables que tengan más de cien metros cuadrados deberán albergar un lugar para diferenciar fumadores y no fumadores.
Pero Martín Benítez, gerente de La Diosa –una disco con más de mil trescientos metros cuadrados– asegura que la ley abarca a los locales con menos de doscientos, por eso considera que la flamante disposición no afecta a su empresa: “La ley no nos afecta porque la mayoría de los boliches es clase C, allí tenés permitido dar de comer y brindar shows pero no es un restaurante. Pero en un boliche, por más que sea de dos por dos, es imposible manejar la ley de tabaco y decirle a la gente que baila que deje de fumar. En ese caso, el boliche pierde el encanto, sería ridículo”.
En cambio, desde la gerencia de The Roxy confirmaron que habilitaron un lugar exclusivo para fumadores y directamente entendieron la normativa de otro modo: “Entendemos que sólo se va a poder fumar en un espacio del treinta por ciento de la superficie habilitada de un local, en un predio con ventilación natural, que esté aislado y separado del resto del aérea de no fumadores y debidamente señalizado”.
Por eso mismo, la disco –que tiene 1.050 metros cuadrados– ya incluyó desde el sábado un espacio dedicado al vicio. Sin embargo, el encargado de The Roxy se queja: “En un local bailable es muy difícil controlar quién está fumando y quién no, habría que emplear a más gente de seguridad e ir mirándole las manos a la gente para ver si está fumando o no. Incluso, está comprobado que si te tomás una cerveza enseguida te dan ganas de prenderte un cigarrillo”.
En The Roxy confirman que desde el sábado comenzó a implementarse el sector no fumadores y que los clientes fueron respetuosos en acatar la normativa. A quien no quisiera cumplirla o desconocía la Ley, directamente los empleados de la barra les “sugerían” dirigirse al espacio destinado para fumadores. “El día que llueva no sé cómo haremos, ¿se amontonarán uno sobre otro?”, se preguntan entonces.