“Escuchame, me habló un amigo que dice que Gendarmería tiene pinchados los teléfonos. Hay que tener cuidado”. El que habla es Juan José Raffo, subinspector de la Policía de Santa Fe. El destinatario es Ramón “Monchi” Machuca. Se trata de una de las escuchas que figuran en el expediente, claves para revelar los vínculos entre la familia Cantero y algunos miembros de las fuerzas de seguridad.
En una de ellas, el sargento Juan Angel Delmastro le avisa a Ramón Machuca sobre posibles órdenes de allanamiento del comisario Cristian Floiger y Machuca le dice: “No pasa nada, no creo que vengan a hinchar, si me mandó los pésames, me dijo que me quede tranquilo, que no pasa nada” (por Floiger), en relación con la reciente muerte de Claudio “Pájaro” Cantero, asesinado el 26 de mayo de 2013.
En tanto, la participación de Juan “Chavo” Maciel fue vital para liberar a un miembro de la banda a cambio de 35 mil pesos para personal policial del Comando Radioeléctrico. La negociación figura en las escuchas. Incluso, Gustavo “Gula” Pereyra, un comisario vinculado a Los Monos pero libre por falta de mérito, resaltó en su declaración que “a Maciel era conveniente sacarle información, pero no darle”.
También se comprobó que un agente de la Brigada de Investigaciones, Omar “Abraham” Lescano, le vendió una casa por 70 mil pesos a Celestina Contreras, madre de los hermanos Cantero y sindicada como una de las líderes del clan. En una conversación del 12 de mayo, Monchi le recrimina: “Se robaron la ropa, la heladera, el televisor, una moto, se llevaron todo”, tras un allanamiento en el departamento del Pájaro. “Vos sabés que si viene de mi lado te aviso al toque”, respondió el efectivo.
Incluso, algunos actuaban como intermediarios entre Los Monos y otras bandas, como Los Machado. “Fijate si lo manejás vos, porque si no yo le voy a mandar a cortar la cabeza”, le pidió Monchi al suboficial de la comisaría 15, Angel Alvaca, luego de un enfrentamiento armado entre ambas organizaciones
