Este año, el Premio Nobel de Medicina fue para el científico francés Jules Hoffmann, el norteamericano Bruce Beutler y el recientemente fallecido médico canadiense Ralph Steinman.
Los logros de todos se relacionan con el área de vacunas y el sistema inmunológico. Perfil.com habló con el Doctor René Bailleau, director científico de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, para saber cuáles fueron los aportes puntuales de estos tres investigadores.
Bailleau explica que estos médicos "han trabajo con dos tipos de inmunidad: la innata y la adquirida". Así, se explaya: "Lo que ellos descubrieron son unos receptores que se encuentran en los animales que hacen que cuando el organismo se enfrenta a un enemigo, se defiende en forma natural".
En el ser humano, según explica el médico, hay unas proteínas con una función parecida que se llaman "toll-like" que hacen que cuando uno se enfrenta a algún tipo de bacteria o virus, los glóbulos blancos reconocen que se trata de un enemigo y atacan.
El avance está en que "eso se puede extrapolar a otros estamentos de la inmunidad como un virus o el cáncer".
El otro descubrimiento, del fallecido Steinman, es el de las células dendrítricas. "Son células que cuando se enfrentan a un enemigo, lo procesan y le informan al aparato inmunitario quién es para poder defenderse. Sería como un policía que identifica al delincuente", explica Bailleau.
"En las enfermedades autoinmunes, cuando el cuerpo trabaja mal, el organismo pelea contra antígenos propios, contra 'enemigos' que en realidad no son enemigos sino parte de uno mismo", dice el médico.
Esta década ha habido muchos avances en autoinmunidad. "Hay muchas enfermedades que no se sabe la causa, las autoinmunes, y que con la presencia de anticuerpos monoclonales, de una misma familia, se logra llegar exactamente a saber dónde está la desviación".
Según Bailleau, estas enfermedades en las que no se sabe la causa, muchas veces liberan una sustancia. Esa sustancia es la que produce la patogenia. Entonces, como no se puede ir contra de la causa, se va en contra del mecanismo y los anticuerpos luchan contra la sustancia y la bloquean.
El caso del cáncer "no es una sola enfermedad" sino que se habla de una "vigilancia inmunológica", explica el médico. "Se supone que uno siempre está peleando contra el cáncer y el día en que la división de células se dispara, ahí aparece la enfermedad. La expectativa de vida ha aumentado tanto que hoy es más común el cáncer, pero siempre existió".
Otro avance importante en inmunología en el último tiempo es el de las células madre. "Son células que tienen la potencialidad de dividirse y transformarse de acuerdo al medio en que se encuentran", explica Baillear.
"Si uno toma célular madre que se encuentran en el cordón umbilical y las pone en un medio como el corazón, esas células se dividen y forman células de corazón. Si se las pone en un lugar donde hay hueso, van a formar células de hueso. Pueden regenerar tejidos que faltan. Tienen mucha potencialidad y se están usando cada día más".
Para Baillear, los investigadores que ganaron el Nobel eran "básicos", en el sentido de que no pensaban en la consecuencias sino que simplemente investigaban, sin pensar en la aplicación posterior.