Eurnekian: entre el petróleo argentino y los comicios armenios. Aunque las elecciones en Italia despertaron mucha atención en Argentina, especialmente por las numerosas candidaturas de famosos vernáculos que se lanzaron a la lucha por la banca que corresponde en el Parlamento a los italianos en el extranjero, hubo empresarios locales para los que los comicios realmente importantes de los últimos días del otro lado del Atlántico fueron otros: es el caso de Eduardo Eurnekian, que tenía la mira puesta en Armenia. El dueño de Aeropuertos Argentina 2000 no pudo estar presente en la jornada electoral porque su grupo empresarial estaba cerrando la compra del 81% de la Compañía General de Combustibles, pero incluso a miles de kilómetros de distancia siguió atentamente lo que sucedía en las urnas del suelo de sus antepasados. Y al menos recibió desde allí la buena noticia de que el presidente Serge Sarkisian obtuvo la reelección en su cargo con más del 59% de los votos. Es que la última noticia que había recibido desde allí en pleno verano fue que el gobierno, con el que Eurnekian guarda una excelente relación, no había tenido más remedio que dar marcha atrás con un negocio suyo. El empresario –que tiene importantes inversiones en ese país asiático– había comprado en octubre último por casi 51,8 millones de dólares un edificio histórico ubicado en pleno centro de la capital armenia, Ereván, donde funcionaba la antigua sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero dadas las críticas que recibió por parte de la oposición por haber privatizado este emblemático complejo, ubicado frente a la Plaza de la República, y por haberse tratado de una operación sin considerar a otros oferentes, el gobierno de Sarkisian decidió anularla.
Zapatos embarrados. A fines de 2012, el macrismo decidió aprovechar el verano para reparar las veredas del microcentro, como por ejemplo las de la peatonal Florida. Y, como suele suceder en estos casos, los vecinos y comerciantes de la zona ya hicieron escuchar sus quejas por los inconvenientes para circular. Pero el que está realmente enojado con el estado de los estrechos espacios que quedan para caminar es el auditor porteño Eduardo Epszteyn. No es para menos: a mitad de semana, mientras saludaba a dos conocidos con los que se cruzó en plena calle y hacía equilibrio para no ser atropellado por los peatones apretujados contra las vidrieras, el hombre pisó en falso un tablón flojo y terminó enterrado hasta el tobillo en el barro acumulado.
Tela para cortar. La que no se dejó intimidar ni por los pozos de las calles en reparación ni por la lluvia fue Elisa Carrió. La diputada de la Coalición Cívica se trasladaba en auto desde el barrio de Barracas hasta la zona del Congreso a mitad de semana, pero decidió hacer un alto en medio del camino. El motivo: quería abastecerse de telas para la confección de vestidos. Lilita ingresó a la sedería ubicada en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Salta, y eligió una serie de géneros de colores para su modisto. Luego de intercambiar anécdotas sobre sus vacaciones en la costa con el dueño del local, a quien conoce desde hace años, la legisladora opositora –que lucía un elegante traje azul Francia– dejó el local contenta con la compra realizada, y su alegría llamó la atención de más de uno de los peatones que intentaban refugiarse de la lluvia debajo de algún techo.
De colección. Como en anteriores ediciones, el torneo ATP de Buenos Aires atrajo la atención de algunos referentes políticos, que se dejaron ver por los palcos del Lawn Tenis Club. Y uno de ellos fue el ministro de Trabajo del menemismo y ex funcionario porteño Enrique Rodríguez. Pero lo que más llamó la atención en su caso no fue su paso por las gradas, sino el impecable Alfa Romeo en el que llegó, que despertó la envidia de los aficionados.
Puro vestuario. El gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, se puso personalmente al frente de los festejos por el bicentenario de la Batalla de Salta, e incluso lució un pintoresco vestuario gauchesco en el acto que compartió con el vicepresidente Amado Boudou. Sin embargo, el mandatario provincial se ganó al mismo tiempo el enojo, precisamente, de los gauchos que se habían acercado para participar en los desfiles. Es que, aunque se suponía que ellos debían tener un rol protagónico, la partida apresurada de Boudou y su anfitrión luego de los discursos no dejó espacio para la marcha de cientos de hombres a caballo llegados desde General Mosconi.
Las novias de Travolta. En una semana poco habitual por el corte que significó el feriado del miércoles, la que aprovechó para agregar un plan cultural a su agenda fue la diputada del Frente Amplio Progresista Victoria Donda, quien disfrutó del estreno de la obra de teatro Las novias de Travolta, dirigida por Osvaldo Laport y protagonizada por Viviana Sáez y Adriana Salonia. Donda, que lució un elogiado vestido rojo, conversó animadamente con la actriz Victoria Onetto, que también se sumó al lanzamiento de la obra, escrita por el dramaturgo uruguayo Andrés Tulipano, en el Teatro Chacarerean, ubicado en el barrio porteño de Palermo.
Boleros sanjuaninos. Otro que también está disfrutando de la agenda cultural de febrero es el gobernador de la provincia de San Juan, el kirchnerista José Luis Gioja. Luego de arrancar el mes como cada año con su promocionado Cruce de los Andes –que recrea la travesía realizada por José de San Martín por la Cordillera, y en el que Gioja toma un rol protagónico a lomo de mula–, el sanjuanino inauguró en su provincia la Fiesta Nacional del Sol, compromiso que, por cierto, lo hizo coincidir en tiempo y espacio –y en algunas fotos– con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien viajó especialmente junto a un grupo de funcionarios capitalinos, como Emilio Monzó. Pero lo que más disfrutó el gobernador fue la presencia del cantante Ricardo Montaner como figura central de una de las fechas del festival. Gioja es un reconocido admirador del intérprete y se animó incluso a recomendar su último disco, Viajero frecuente, que lo trae de gira por la Argentina como parte de su América Tour 2013.
Poco que festejar. La posible salida de Marcelo Tinelli de la pantalla de Canal 13, la posibilidad de que el empresario kirchnerista Cristóbal López compre la productora Ideas del Sur y la intención del kirchnerismo de presionar con los plazos de la desinversión establecidos en la Ley de Medios, ahora que el año político ha vuelto a correr, eran algunos de los temas sobre los que se conversaba el miércoles por la noche en el restaurante Modena, detrás del Museo de Bellas Artes. El dato podría no ser tan interesante si no fuera porque quienes conversaban sobre estos asuntos eran los integrantes de la plana mayor del Grupo Clarín. Y no es que todos ellos tuvieran ganas de trabajar la noche del feriado, sino que allí festejaba su cumpleaños el director de Relaciones Externas del grupo, Jorge Rendo.
Enemigos íntimos. En el acto que realizó días atrás la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para lanzar el canal estatal DeporTV en Tecnópolis, la gente de ceremonial de Presidencia de la Nación comentaba lo cómodo que resulta organizar un evento en un espacio como el de Villa Martelli. Es que al área que maneja el protocolo y la logística se ha sumado en las últimas semanas una tarea compleja cada vez que hay algún acto en el interior del país, especialmente en la Patagonia: brindar seguridad a los jóvenes de La Cámpora para evitar que sean recibidos de manera poco amistosa por militantes de la Uocra, como sucedió en la reciente inauguración del remodelado aeropuerto de El Calafate, donde los jóvenes pingüinos no fueron locales en absoluto.
Unidos o dominados. “El movimiento nuestro, para servir de mejor manera a la causa, ha de cumplir los consejos que detallaré. Primero, todo aquel que se sienta peronista, que se sienta ligado a nuestra causa por verdaderos lazos, que son los de la fraternidad, debe pensar que la base de nuestro éxito se afirma en una absoluta unidad de nuestro movimiento”. Como suele suceder en cada uno de los muchos aniversarios que celebra el peronismo, siempre hay alguien que aporta memorabilia. Y en este caso, durante el festejo por los 67 años del primer triunfo electoral de Juan Domingo Perón en 1946, alguien llevó un recorte de diario con aquella frase, lanzada por el entonces coronel durante la campaña. Quienes escuchaban este recuerdo en el Club Atenas de La Plata el jueves por la noche –donde estaban presentes, entre otros, Daniel Scioli, Cristina Alvarez Rodríguez, Martín Ferré, Ricardo Casal y Alberto Pérez– bromeaban sobre la maleable definición que el peronismo ha sabido dar en todos estos años a aquella idea de “absoluta unidad”. Especialmente, observó otro de los presentes, si se tiene en cuenta que en la misma velada se conmemoraba, además, el anuncio de la fórmula presidencial de Néstor Kirchner y Scioli hace exactamente una década.
Puro vestuario. El duro cruce que mantuvieron el vicepresidente, Amado Boudou, y el presidente del Bloque del Frente para la Victoria en la Cámara alta, Miguel Angel Pichetto, sorprendió más a los legisladores opositores que a los miembros de la bancada oficialista. Pichetto le reprochó al marplatense algunas faltas al reglamento de sesiones durante las discusiones por el acuerdo con Irán, y Boudou le respondió de un modo menos amistoso aun. Quienes comparten el espacio político con ambos saben que las críticas que Pichetto hizo en público no fueron ni más ni menos que las que desde hace tiempo realiza y comparte con sus compañeros de bloque. La dura reacción de Boudou también tuvo que ver con eso, así como con decisiones como las del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, de no viajar a Salta para no tener que compartir un escenario con él, o como las recientes directivas de Hernán Lorenzino para ocupar cargos en la segunda línea del Ministerio de Economía que pertenecían al ex militante de Ucedé. “Así, no hay Osho que aguante”, resumieron en su entorno, en referencia al escritor indio que tanto gusta al vicepresidente.
A la romana. Las elecciones que se desarrollarán durante la jornada de hoy hicieron que muchos argentinos prestaran atención, en los últimos días, a Italia. Pero hubo otros que viajaron hacia Roma por otros motivos. Fue el caso del empresario Eduardo Elsztain, a quien se vio en Roma, junto al resto de autoridades del Congreso Judío Mundial. El empresario, que acaba de concretar su ingreso al holding israelí Ganden Investments luego de cinco meses de negociaciones, estuvo en la capital italiana pero no por cuestiones electorales sino para sumarse a un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores Giulio Terzi di Sant’Agata, en el que fue condecorado el presidente del Congreso Judío Europeo, Moshe Kantor.