SOCIEDAD
armas, drogas y coches de lujo

Los Monos, la banda narco que gana poder de fuego y atemoriza a Rosario

La muerte de su líder, asesinado por sicarios hace una semana, reavivó la guerra por el control del negocio y provocó un baño de sangre. En 72 horas hubo otros tres crímenes.

Hasta los dientes. Los jóvenes que formarían parte del brazo armado de Los Monos se muestran desafiantes en sus cuentas de Facebook con revólveres, pistolas y escopetas. La cantidad de crímenes ocurri
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Les fascinan los autos y las motos. Los ostentan en las calles de Rosario y en Facebook. Pero hay algo más que los enloquece: las armas. Los encandilan tanto que posan con ellas en fotos, les dedican prosas de cumbia y las publican en la red social para que todos los vean, sin preocuparse por la policía. Son del barrio La Granada y de Las Flores, territorio de Los Monos, la banda que manda en el sur de Rosario, protagonista de los cuatro homicidios que sacudieron la ciudad la última semana. Se trata de otro episodio de la guerra narco que sacude a la ciudad desde hace más de dos décadas.

Para los ajustes de cuentas o crímenes por encargo no hay hora ni lugar. Las víctimas son atacadas a balazos a plena luz del día, desde vehículos de alta gama y con varios transeúntes como testigos. A la hora de matar, no les importa la exposición, parecen estar convencidos de su impunidad.

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La villa La Granada está ubicada detrás del casino de Rosario, al extremo sur de la ciudad. Ese es el barrio natal de Los Monos, conformada en gran parte por adolescentes preparados para acatar las órdenes de quien fue, hasta el domingo pasado, el jefe de la banda. Los miembros de mayor jerarquía no superan los 30 años.

La nueva seguidilla de crímenes comenzó con el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero (29), el domingo pasado, cuando una ráfaga de tiros puso fin a su liderazgo. Le dispararon desde una Ford Ecosport en la puerta del boliche Infinity Night, propiedad de Diego “Tarta” Demarre (32).
Según datos brindados por el ex diputado Agustín Rossi, “el enfrentamiento por el territorio” ya se cobró varias vidas. “En el año 2008, en los primeros cinco meses del año hubo 33 asesinatos. En lo que va de 2013 tenemos noventa”, indicó el ministro de Defensa de la Nación. Pero el del Pájaro no fue uno más en la nómina de muertos. Por el contrario, su homicidio provocó conmoción en las filas de Los Monos. Sus miembros mostraron los dientes y juraron venganza: “Yo te juré que si alguien te tocaba iba a morirse... gaucho quedate tranquilo que todos la van a pagar uno por uno”, se puede leer en el muro de Facebook de uno de los amigos del presunto jefe narco. Las condolencias y el dolor por la muerte de Cantero se expanden en los perfiles de los habitantes de la villa más peligrosa: “Fuerza amigo tenés que salir adelante. A Pájaro siempre lo vamos a llevar presente en nuestros corazones como la gran persona que era. Era un loco de primera y muy querido, que descanse en paz”.

El ajuste de cuentas llegó al mediodía siguiente. Demarre –dueño del boliche Infinity Night– fue acribillado cuando volvía de tribunales. Las balas impactaron en el tórax, brazos y muslos. Esta vez, los tiros provinieron de un VW Bora de color blanco. El martes a la tarde fueron asesinados Nahuel César (23) y Marcelo Alomar (34), a bordo de una camioneta Nissan. El primero es el hermano de Milton César, el hombre que habría sido el encargado de matar a Cantero bajo la orden de Luis Orlando “Pollo” Bassi (32). O, al menos, eso creen Los Monos (ver aparte). Los homicidas viajaban en moto.

Tras la muerte de Juan Carlos Fernández –conocido como “el Mono Grande”–, la familia Cantero tomó el control del territorio comprendido por los barrios Granada, Las Flores y, en Granadero Baigorria, Funes y Pérez.

Claudio Cantero compartía el liderazgo de la banda con su hermano Guille bajo la tutela de su padre, Ariel Máximo Cantero. Ambos, padre e hijo, están prófugos por el crimen de Martín “Fantasma” Paz (27), asesinado por sicarios cuando circulaba en su BMW en septiembre pasado. El viernes, en el marco de la investigación por ese homicidio, la Policía allanó las guaridas de la organización narco, también vinculada a la barra de Newell’s. En el operativo, detuvieron a quince personas, entre ellas al Chavo Maciel, un policía de Delitos Complejos que prestaría servicios a Los Monos. Además, quedaron detenidas la madre –Celestina–, una hermana y una hermanastra del jefe asesinado.

Años atrás, Los Monos barrieron con sus antiguos rivales, Los Garompas, pero se estima que, al querer expandir sus fronteras, la familia Cantero chocó con un grupo poderoso. En la guerra por el territorio debe haber un ganador. Y las últimas balas parecen haber herido al clan de muerte.