Prêt-à-Rocker’ intenta delinear la relación de los músicos argentinos con la vestimenta para situaciones “on” y “off stage” (arriba y debajo del escenario). Indaga en las imágenes de la historia del rock, en las portadas de discos y revistas, en las influencias literarias y cinematográficas que oficiaron de disparadores de estética entre la escena local”. Así, la investigadora de moda,Victoria Lescano, presenta su trabajo en la introducción del libro “Prêt-à-Rocker. Moda y rock en la Argentina”, un estudio sobre los cruces entre música y vestimenta en la manifestación cultural por excelencia de los jóvenes de todo el mundo. A continuación, fragmentos de las entrevistas realizadas por Lescano con las bandas y vestuaristas más determinantes de la escena nacional, en donde explican las claves de su estilo.
Andrés Calamaro. Para quienes asocian la imagen de Andrés Calamaro con alguno de sus pares de gafas Ray-Ban Wayfarer a lo Bob Dylan, un corte de pelo que luce cuidadosamente alborotado y también a un desfile “non stop” de remeras negras y chaquetas de cuero, corresponde afirmar que existe un “Dedicated Follower of Fashion” (“dedicado fanático de la moda”) puertas adentro de su placard y lejos de la mirada del público, de los shows y de las portadas de discos. Argumenta Calamaro sobre sus afianzados y contradictorios lazos con la moda: “Me gusta comprarme ropa aunque no me quede bien; la ropa es un placer privado que no siempre comparto con el público. Puedo hablar de marcas durante horas, soy un comprador compulsivo de ropa, me gusta comprarme ciertas prendas pese a que no me queden bien, pero luego no puedo evitar vestirme con vaqueros y una camiseta”.
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