Los críticos del Master Plan ponen el caso del montacargas, que se utiliza para trasladar a escena decorados ya armados, carruajes y demás elementos, como un ejemplo de los daños irreversibles que podría sufrir el teatro si no se controlan las tareas de refacción.
La idea de los responsables de las obras era ensanchar el montacargas que está en el fondo del escenario, para lo cual ya habían realizado licitaciones. Pero gracias a la intervención de especialistas, legisladores y empleados del Colón se paró el proyecto a tiempo. Los estudios demostraron que para realizar este cambio, se debía romper parte del muro histórico del teatro desde el tercer subsuelo hasta la planta baja. Además de correr el riesgo de alterar la acústica para siempre, se ponía en peligro la estructura del teatro.
Otra de las transformaciones planeadas en la caja escénica es la rotación del montacoches, para permitir el ingreso de contenedores con grandes escenografías. Según algunos especialistas este cambio podría afectar un punto crítico en las estructura del edificio, la zona construida debajo de la napa de agua. Entonces los subsuelos del Colón correrían el riesgo de una inundación eterna.
La diputada Teresa Anchorena, advierte sobre la importancia de controlar las obras de cerca: “ Los daños que se provoquen en el Colón serán irreparables, por eso no podemos ser simples espectadores esperando que terminen para criticar los resultados. Nuestra responsabilidad es intervenir ya, para preservar un bien del Patrimonio Cultural de la Ciudad”.