“Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia”, dijo Mavys Álvarez, la cubana que mantuvo una relación con el ya fallecido astro del futbol, Diego Maradona, durante los años que vivió en La Habana, en diálogo con América TeVé, el canal 41 de Miami.
Por primera vez después de casi 20 años, Mavys fue entrevistada en televisión por el periodista Mario J. Pentón en el noticiero América Noticias, que decidió publicar la entrevista en cuatro partes, la primera de las cuales se emitió el pasado lunes 27 de septiembre.
En el reportaje, la mujer relató sus vivencias junto a Maradona, que rondaba las cuatro décadas, cuando ella tenía tan solo 16 años.
Cómo se conocieron Mavys y Maradona
Según contó la mujer, el 1 de septiembre del 2000, la joven Mavys de 16 años se encontraba paseando por Matanzas, una ciudad al este de La Habana, cuando un hombre la interceptó y le propuso conocer al exjugador, dado que, según él, estaba muy deprimido y necesitaba a alguien para conversar.
“Al principio pensé que quien me proponía eso estaba loco. Era un cubano, después supe que era el salvavidas del hotel. En el carro, a unos pasos, nos miraba Carlos Ferro Viera, amigo de Maradona. Estuvieron más de una hora convenciéndome de que era importante ayudar a Diego, que era una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido. Y finalmente acepté”, comenzó relatando.
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Seguidamente, Mavys contó que la llevaron hasta Varadero, a un hotel, en donde los cubanos tenían prohibido la entrada a estas zonas destinada a los turistas. “En el hotel me recibió Guillermo Coppola (entonces mánager de Maradona); me asusté muchísimo porque estaba en toalla y pensé lo peor. Unos minutos después me recibió Diego, conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien, nunca se propasó, me invitó junto a mi familia al día siguiente para cenar en el palacio Dupont”, explicó.
Diego Armando Maradona estaba en Cuba desde enero, en un viaje para tratar su adicción a las drogas, que duró alrededor de cinco años. Durante ese tiempo, profundizó su relación con la joven y la llevó a conocer algunos lujos prohibidos para los cubanos en el régimen de Fidel Castro, como cenar en restaurantes en dólares y visitar discotecas, pero también las drogas y el alcohol.
“La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer. Nunca imaginé que después me metería en las drogas de la que me costó tanto trabajo salir”, reveló Mavys, aunque sin embargo aclaró: “Al cabo de estos años me da pena de mí misma saber que tenía 16 años y fui parte de todo eso. Pero fue una experiencia más que tuve en la vida. No escogemos lo que nos toca vivir. Simplemente me dejé llevar”.
Luego de un tiempo, el futbolista la llevó a vivir con él en La Pradera, el Centro Internacional de Salud en el cual estaba internado, y donde el Gobierno cubano le había habilitado una casa para él y otra para sus amigos. “Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá. Pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres”, reconoció.
El permiso de Fidel Castro para traer a Mavys a Buenos Aires
En 2001, se organizó el partido homenaje y despedida en la cancha de Boca Juniors a Maradona, en donde dijo su célebre frase “la pelota no se mancha”, en referencia a la pureza del fútbol, de los jugadores, de los hinchas y el deporte.
En ese entonces, el astro del futbol estaba convencido de que Mavys debía viajar con él, a pesar de las restricciones a los cubanos para salir del país sin autorización. En consecuencia, el futbolista quiso llevarla dentro de una valija. “Quiero que le hagan agujeros para que pueda respirar”, les dijo Maradona a los empleados de La Pradera, en alusión al rack, un estuche metálico grande, que utilizaba para trasladar sus botines, pelotas y otras pertenencias.
Sin embargo, no fue necesario implementar semejante idea, debido a que, al enterarse de esta situación, Coppola solicitó una reunión con el dictador Fidel Castro, donde escuchó el pedido de Maradona y firmó un permiso para que Mavys viajara a la Argentina, con la condición de que regresara a la isla al término de no más de 20 días.
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El fin de la relación
Hasta el año 2004 ambos siguieron juntos, a pesar de que el futbolista mantenía relaciones con otras mujeres, lo cual Mavys sabía. No obstante, cuando Diego conoció a Adonay Frutos, la cubana que hizo público su romance con él, Mavys decidió ponerle fin a su relación con él.
De acuerdo con la mujer, el cariño entre ambos siempre permaneció y de hecho, cuando el astro del futbol regresó a Cuba para realizar un tratamiento por sus adicciones, Mavys lo fue a visitar.
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