Modelos argentinas hacinadas en una cárcel

Jésica Almada y María Belén Tellez, las dos modelos argentinas detenidas hace dos meses en Barcelona por el tráfico de drogas se encuentran recluidas en una prisión de mujeres que será cerrada debido a los problemas de hacinamiento y sanitarios denunciado por organismos de Derechos Humanos.

El cierre de la prisión de mujeres de Wad Ras, como se conoce popularmente al Centre Penitenciari de Dones de Barcelona, se producirá en el 2009 cuando esté concluido el nuevo centro penitenciario de mujeres de Sant Lloren d'Hortons, en el Alto Penedés, cerca de la frontera con Francia.

El padre de María Belén contó que "tuvieron un inconveniente con una de las reclusas y pidieron el cambio de habitación y se lo concedieron".

Sin embargo, Tellez dijo que su hija "tiene la posibilidad de llamar todos los días. Lo que no entendemos es lo que pasa, por qué no sale si no les encontraron nada".

La masificación y sus consecuentes problemas sanitarios, frecuentemente denunciados por organismos de Derechos Humanos, así como la vorágine inmobiliaria que codicia un espacio de 6.000 metros cuadrados de zona "por urbanizar" en el céntrico barrio de Poble Nou, empujó a las autoridades a tomar la decisión de cerrar el centro penitenciario.

Aunque no parece ser la situación de las modelos argentinas, las reclusas que están en régimen preventivo suelen dormir en habitaciones de cinco personas con un baño que llaman "chabolos", especie de duchas comunitarias.

De las aproximadamente 120 mujeres alojadas en la prisión a la espera de ser juzgadas, el 50 por ciento son de origen extranjero.

Por otro lado y de forma independiente, el centro cuenta con una sección medio abierta de 400 presos con penas de tercer grado que les permite salir de la cárcel para trabajar.

El edificio de Wad Ras está ubicado en pleno núcleo urbano de un barrio obrero e industrial, que se construyó a lo largo del siglo XX y que hoy colinda con la Villa Olímpica, construida para los juegos de Barcelona 92'.

El nuevo centro en construcción prevé albergar a unas 500 reclusas y tendrá bloques de pequeños departamentos con ducha para un máximo de dos mujeres, según el proyecto.

A pesar de las dificultades y restricciones de comunicación con las que cuenta todo centro de detención, las reclusas de Wad Ras en régimen preventivo participan de un programa de Internet que les permite acceder a páginas educativas.

Fuente: Télam