Raúl Moneta falleció este jueves 6 de junio a las 2 de la mañana, luego de padecer una larga enfermedad, confirmaron allegados a PERFIL. El empresario, abogado y contador público tenía 74 años y estaba internado desde hacía un mes en la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni) del barrio porteño de Belgrano. Según trascendió, no se realizará un velatorio.
El ex banquero estrella del menemismo llevaba años enfrentando un estado de salud delicado. Entre febrero y abril del año 2013 fue internado en reiteradas ocasiones en la clínica Fleni por trastornos neurológicos con síntomas como bradipsiquia –caracterizado por la lentitud de pensamiento–, y disprosexia –una alteración de la conciencia en donde se dificulta fijar la atención–, según informó en ese entonces la revista Noticias.
El diagnóstico fue un extraño virus, cuyos síntomas eran intensos, que incluían hipertensión arterial, incontinencia urinaria y fiebre alta. A raíz de ese cuadro degenerativo del que no se conocen ni se dieron muchos detalles, Moneta se alejó de la vida pública en los últimos años y cedió el control de su grupo empresarial a sus hijos Raúl Cruz, Belisario y Faustino.
La extraña enfermedad de Raúl Moneta
Una de las últimas veces que se lo pudo ver en público fue durante su cumpleaños número 72, en 2016, cuando compartió una mesa con su familia y amigos en el restaurante Señor Tango del barrio porteño de Barracas.
Por aquel entonces solo salía de su departamento frente a Plaza Alemania, en Palermo Chico, para hacerse chequeos de rutina y realizar equinoterapia en La Républica, la mítica estancia familiar ubicada en el partido bonaerense de Luján.
Nacido el 13 de julio de 1944, fue uno de los empresarios claves del menemismo y durante el kirchnerismo se dedicó a la adquisición de medios: en 2010 se asoció con el ahora exiliado Matías Garfunkel para comprar las radios que entonces tenía el grupo CIE en Argentina (Rock & Pop, Metro y Blue, entre otras).
En el mandato de Cristina Fernández de Kirchner también se lo asoció al Caso Ciccone. En 2014, su empresa Mayer Business Corp reclamó el dinero que aportó a The Old Fund (compañía de Alejandro Vandenbroele), que adquirió así la imprenta luego estatizada.
F.F.
