Dos médicos fueron condenados a tomar un curso de cardiología avanzado, luego de ser considerados responsables de la muerte de un paciente que sufría un infarto pero al que solo le diagnosticaron cansancio y una descompostura.
La decisión fue tomada por el Tribunal Oral en lo Criminal 11 de esta capital, en el marco de una probation, pero la familia de la víctima consideró escasa la pena y ahora busca que la Cámara Federal de Casación Penal agrave la condena. A los médicos -un hombre y una mujer- se le impuso realizar un curso avanzado en urgencias cardiológicas en una institución pública, y tareas comunitarias en Cáritas Argentina durante ocho horas semanales por dos años.
Según indicaron fuentes judiciales, otros profesionales de la salud también en un principio fueron involucrados y hasta uno de ellos recién se recibió luego de acontecido el suceso. La causa investiga la muerte de Daniel Juan Aprile, un hombre de 60 años, quien el 1ro. de octubre de 2007 pidió ayuda médica porque sufría "dolores retroesternal, náuseas, vómitos". Le dieron una inyección de Reliverán e Ibuprofeno y lo mandaron a la casa, pero tres días después volvió a ir a la consulta y el médico le diagnosticó decaimiento y reposo por 48 horas.
Al día siguiente, en tanto, la médica lo atendió en una reconocida clínica de Barrio Norte y, pese a los informes médicos, lo mandaron a la casa hasta tener un diagnóstico certero de su afección. Los dolores de Aprile se agravaron en la zona del tórax y volvió a la clínica, donde interpretaron lo que le sucedía como "un cuadro gastro-intestinal".
Más de quince horas después, ya en terapia intensiva, el hombre murió como consecuencia de una crisis cardíaca. Los jueces tuvieron en cuenta para responsabilizar a los médicos no sólo cómo fue la atención sino también que falló el servicio de asistencia de urgencias por la demora en la atención al paciente y por ello concluyó que la misma fue "deficiente". El TOC 11 concedió una probation para ambos médicos y ahora la familia en desacuerdo con el fallo apeló para que se imponga una condena efectiva.