SOCIEDAD
INGENIERA GENTICA

"No es como el nazismo"

La opinión de Claudio Tamburrini, el doctor en filosofía exiliado en Suecia, cuya historia inspiró la película Crónica de una fuga, sobre las posibilidades de mejorar la especie humana.

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La historia de Claudio Tamburrini es digna de una película. De hecho, la película ya existe, se llama Crónica de una fuga y sólo cuenta una parte de la historia del ex arquero de Almagro: cuando fue secuestrado por una patota de la dictadura militar argentina y logró escapar de la Mansión Seré.

El film terminó allí, pero la vida siguió. Tamburrini se exilió en Suecia y se recibió de doctor en Filosofía, con orientación en ética, en la Universidad de Estocolmo. Desde octubre del año pasado forma parte del proyecto Enhancing Human Capacities.

En diálogo con este diario, Tamburrini defendió las posibilidades de mejorar la especie humana con ingeniería genética, siempre que se tengan particulares recaudos. “Se podría, sin embargo, objetar que la propia voluntad de mejorar la especie es un proyecto elitista y por ende eugenésico. Mi respuesta a esa objeción es clara y directa: ¿acaso no intentamos mejorar nuestro rendimiento y nuestras aptitudes en todos los planos y facetas de nuestras vidas? ¿Por qué, entonces, cuestionarlo cuando se presenta la posibilidad de hacerlo genéticamente?”, argumentó el filósofo.

Como aparece la sombra del nazismo, Tamburrini cree conveniente aclarar: “La comparación con la eugenesia nazi no es procedente. Los experimentos nazis fueron compulsivos, la gente era forzada a someterse a experimentos médicos y no sacaba ningún beneficio.

La perspectiva de mejorar genéticamente la especie que se plantea ahora es voluntaria e individual (es decir, no es un programa compulsivamente implementado por el Estado) y está destinada a beneficiar a los propios sujetos que se someten a las técnicas genéticas. No son conejitos de Indias, como en los experimentos nazis”.