Diego Canessa, testigo barilochense del accidente de ayer mencionó que “hubo ráfagas de hasta 120 kilómetros por hora. Me llamó la atención que los medios estuvieran abiertos y que no hubiera carteles que dicen `condicional´, es decir, cuando advierten a la gente que el clima no es bueno. Pero siempre pasa lo mismo: hasta que no pasa algún accidente, no toman la precaución de cerrar los medios”.
En el mismo sentido, el concejal Ramón Chiocconi, médico especialista en montaña, explicó que las sillas están preparadas para recibir vientos de frente, pero que al recibir fuertes ráfagas de costado, pueden generar un movimiento pendular, saliéndose del eje.
“El protocolo indica que si un medio se detiene tres veces en media hora, debe suspenderse. En este caso, la ráfaga de viento fue tan fuerte que no alcanzó”, dijo.