Un grupo de trabajadores despedidos del casino flotante pasó Nochebuena encadenado en la Plaza de Mayo, para reclamar por la reincorporación de los más de 90 despedidos y solicitar una audiencia con la presidenta Cristina Fernández. Con la única compañía de familiares y amigos que se acercaron para recibir la Navidad, aseguraron que si es necesario también pasarán allí el Año Nuevo.
El delegado Sebastián Dinzelbacher explicó que los manifestantes "siguen hoy encadenados a las vallas que rodean la Pirámide de Mayo y planean pasar allí la Navidad, y si es necesario recibir así el Año Nuevo.
Los reclamantes, cerca de una decena, dormían esta mañana encadenados y cubiertos con algunas mantas y banderas.
Cecilia Berra, otra voceras del grupo, explicó que "la medida de fuerza se debe a que queremos volver a trabajar" e indicó que son 90 familias las afectadas por los despidos. También dijo que los manifestantes seguirán en la plaza hasta lograr una respuesta satisfactoria a sus pedidos.
Los trabajadores encadenados demandan también una reunión con algún funcionario del Ministerio de Trabajo, con la jueza María Servini de Cubría, que no autorizó -al finalizar la conciliación obligatoria- el ingreso de los operarios despedidos, o con los propietarios del casino.
En ese marco, Berra recordó que le enviaron un "pedido a la Presidenta de la Nación para que nos reciba, pero hasta la fecha no recibimos ninguna respuesta, por eso decidimos mantener la medida frente a la Casa de Gobierno".
El 17 de noviembre los empleados del casino amarrado en Puerto Madero iniciaron un paro de actividades en reclamo de mejoras salariales y la reincorporación de unos 100 despedidos.
Esa medida derivó en incidentes entre los huelguistas, miembros del sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA) y del sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
El 4 de diciembre, los empleados que realizaban un acampe frente a la casa de juegos fueron desalojados por la Prefectura Naval, tras lo cual volvieron a protagonizar incidentes durante los cuales tres trabajadores y tres suboficiales de la Fuerza de Seguridad sufrieron heridas.
Uno de los prefectos sufrió heridas de gravedad y permaneció durante varios días en coma, mientras que once trabajadores fueron detenidos por los disturbios.
Luego, resolvieron levantar el bloqueo que mantenían a las salas de juego en el marco de la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo.
El 12 de diciembre, no se le permitió el ingreso a sus puestos de trabajo a unos noventa empleados por disposición judicial, tras lo cual cerca de un millar de trabajadores inició un nuevo paro de actividades, un grupo de los cuáles se encadenó en Plaza de Mayo.
Fuente: DyN