El ex gerenciador de la discoteca República Cromañón, Omar Chabán, pidió hoy al tribunal oral que lleva adelante el juicio oral por la tragedia poder declarar por primera vez en indagatoria sobre lo ocurrido la noche del 30 de diciembre de 2004.
Lo hizo al inicio de la séptima jornada del juicio oral y público, en la que una decena de peritos –entre los oficiales y los propuestos por las partes- ratificaron que la discoteca de Once estuvo mal habilitada desde mucho antes de llamarse Cromañón.
La narración de los peritos (los primeros testigos en declarar en el juicio) dejó en claro que el local fue habilitado en 1997 salteándose buena parte de la legislación sobre edificación urbana, reglamentos para el funcionamiento de un emprendimiento de esa naturaleza y con supuestas adulteraciones en los planos respecto de lo que era, en la realidad, la construcción.
El abogado de Chabán, Pedro D'Attoli, sorprendió al tribunal al inicio de la audiencia al anunciar que su defendido quería ser oído en indagatoria después de que declararan los peritos.
En un cuarto intermedio del juicio, D'Attoli explicó que Chabán "quiere contar su verdad" y anticipó que su relato, que probablemente se concrete el viernes próximo, no será el último.
"Declarará cuántas veces crea que es necesario hacerlo", explicó el abogado defensor.
Después de completar la lectura de las conclusiones de la pericia arquitectónica realizada sobre Cromañón, el tribunal oral número 24 convocó a los peritos que trabajaron en ese informe, de 267 páginas, para avanzar en las consideraciones que de él se desprendían.
Allí surgió que en 1997 el predio en el que funcionó la bailanta El Reventón (antecesor de Cromañón) intentó ser habilitado como un conjunto, pero como no cumplía con los requisitos para ello las habilitaciones se hicieron "por sectores independientes", es decir, el hotel por un lado, el estacionamiento por otro y, finalmente, el local bailable en una tercera instancia.
Para adecuar las medidas hasta el máximo establecido para esos emprendimientos, de 1.500 metros cuadrados, los peritos parecieron coincidir en que habría existido una maniobra para adecuar los planos, mas no la construcción, a las medidas exigidas.
En ese sentido, los peritos oficiales Juan María Cardoni, Ines Bodio y especialmente Cayetano Profeta recordaron que tras un primer intento fallido de habilitación, con una superficie de más de 1.600 metros cuadrados, los planos fueron modificados para que el número final fuera de 1.447,50, ligeramente menor al límite.
Esa anotación en la documentación para la habilitación, según los peritos, aparecía "enmendada", sin ninguna aclaración ni salvedad que explicara tal situación.
"Los documentos públicos no suelen tener enmiendas, y si las tienen están salvadas", explicaron, al graficar lo que se insinúa como una irregularidad en el trámite.
Pese a los números consignados, la estructura edilicia del lugar no había sido modificada y la inspección posterior a la tragedia demostró que, en realidad, el lugar tenía 1.840 metros aproximadamente, unos 400 más que los declarados.
El perito Profeta dijo que las estructuras que aparecían modificadas en los planos no parecían haber sufrido modificaciones en la realidad.
Además, llamó la atención sobre la ausencia de los planos de una reforma de envergadura emprendida en el lugar en los años 90: "esos planos tienen que estar, es imposible que se haga una reforma de esa magnitud sin planos. Pero nosotros nunca los tuvimos a la vista".
La primera parte de la exposición de los peritos (lo hicieron en conjunto, incluso debatiendo entre ellos) también se refirió al portón que estaba cerrado con candado y alambres, donde hallaron la muerte numerosos concurrentes a la discoteca aquella noche.
La puerta en cuestión era una "salida alternativa, no de emergencia", y según la normativa vigente en 1997, cuando se produjo la habilitación no la permitía.
"La puerta alternativa fue aceptada por disposición de la Municipalidad. Esa puerta no estaba prevista... Fue aceptada por disposición municipal", explicó la perito Bodio.
Por su parte, Cardoni terció: "La puerta tenía una palanca antipánico y un cartel de salida. Esa puerta atraía a la gente, pero estaba absolutamente cerrada", explicó.
Fuente: DyN