En medio de festejos, la Cámara de Diputados dio media sanción a la ley del aborto. Un lamentable proyecto que no hace más que afectar la dignidad de la mujer y del niño por nacer, del padre, que ni siquiera es escuchado, y de los médicos, que deberán dejar su profesión o ir presos por realizar una práctica que les resulta aberrante. Un proyecto que atenta gravemente contra el derecho a la vida y las libertades individuales y colectivas de opinión y conciencia.
Aunque la ley se apruebe en Senadores, no seremos hipócritas y seguiremos señalando que no se trata de una simple despenalización, sino de una legalización irrestricta, porque otorga a cualquier mujer un derecho absoluto de abortar en cualquier situación, contexto e instancia del embarazo, sin importar la semana de gestación. Que no es un tema de salud pública ni de mujeres pobres, porque la ley no evitará que más mujeres mueran víctimas del aborto en forma clandestina o legal. Que no existe en el país un registro de violadores, pero sí habrá un registro de objetores de conciencia, con una discriminación laboral y social en virtud de las propias convicciones.
Nos es imposible celebrar la muerte de cientos de argentinos, y lejos de cualquier creencia o ideología, creemos que el aborto no da solución a los problemas de fondo. No responde a la mortalidad materna ni al embarazo no deseado, y como universidad queremos estar del lado de las soluciones, por ello propiciamos alternativas valederas. Educación sexual integral centrada en la persona; educación que promueva proyectos de vida sólidos para los jóvenes; contención de la mujer y su contexto traumático.
Ante un embarazo no deseado, no se puede exponer a la mujer a una arbitrariedad despótica y someterla a más violencia, sino que se deben generar espacios de asistencia, acompañamiento y contención de las necesidades particulares de cada situación. Protección del embarazo y del parto seguro, que mejore las condiciones obstétricas y neonatales, y apoyo a la mujer embarazada en un contexto económico o afectivamente vulnerable, que logre un fortalecimiento personal para salir de la pobreza.
*Decana del Instituto de Ciencias para la Familia. Universidad Austral.
