Además, los que son producidos en el país serían de realización casera o producidos por fábricas que aún no cuentan con las certificaciones de seguridad. Es por esto que desde el sector aseguran que "esto presenta una problemática grave" ya que este tipo de productos no está certificado y está al contacto de los niños. "Se han registrado casos de desprendimiento de piezas como rulemanes y bolitas que pueden dañar la vista", detallaros en un comunicado.
El spinner consta de un eje central con tres brazos y que en el centro tiene una rueda que se asemeja a un rulemán y que se hace girar. Cuesta alrededor de 300 pesos y viene en diferentes colores y diseños. En el caso de los que traen luces, se pueden extraer las pilas, las que pueden resultar tóxicas si son ingeridas por contener metales pesados y otras sustancias químicas como mercurio, cadmio, litio y plomo, entre otras.
La Cámara del Juguete informó que en unos veinte a treinta días estos juguetes van a estar ingresando legalmente al país y dentro de poco se realizarán algunos en el país y con certificado de seguridad. El dispositivo fue inventado por Catherine A. Hettinger en la década de los noventa con fines terapéuticos para el tratamiento de autismo y para estimular la concentración ante problemas de falta de atención de los chicos.
Asimismo, los fabricantes indican que es ideal para problemas de stress, ansiedad e hiperactividad aunque muchos especialistas afirman que no existen evidencias científicas sobre los supuestos beneficios. Paradójicamente, el fidget spinner provoca sobre estimulación y genera un efecto contrario al que se buscaba originalmente ya que las maestras en muchas escuelas del mundo están notando que los chicos se distraen en clase y en algunos colegios en Estados Unidos hasta los han prohibido.