“Hicimos muñecas patas largas, peponas, bebotes y robots”. Elma Vega aprendió a confeccionar muñecas en la cárcel federal de Ezeiza. En la actualidad, está en libertad, pero vuelve a prisión todos los lunes y miércoles con una misión especial: enseñar la técnica a 15 internas en la Unidad 47 de San Martín. Junto a Elma, las reclusas confeccionaron 50 muñecas que serán enviadas al sector de Pediatría del Hospital Eva Perón.
El proyecto solidario fue diseñado por las internas y elaborado con material provisto por el ministerio de Justicia: tela, vellón siliconado, lana, ojos de acrílico, hilo de coser y las herramientas de trabajo. “Mi idea es poder vender muñecas por internet”, se ilusiona Belén, una de las creadoras de las muñecas, al pensar en su futuro fuera de prisión.
La Unidad 18, en Gorina, es escenario de la confección de juegos de encastre y material didáctico -como mapas, números, letras de goma eva- por parte de 20 internos. Los juguetes tienen un destino: "La Casita”, un centro que asiste a familias en esa localidad de La Plata.
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“Este gesto de tratar de devolver algo a la comunidad es muy valioso. Seguramente los internos tienen hijos pero decidieron donar los juegos didácticos a nosotros y por eso estamos muy agradecidos”, dice Norma, una de las mamás que acude al centro que cuenta con ayuda del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
“Acá trabajamos esencialmente con el reciclado de maderas de pallet, de distintos tipos de maderas y hacemos restauración de muebles”. Fernando Hait es agente penitenciario y maestro de carpintería en el taller de la Unidad 2 de Sierra Chica, la prisión célebre por el sangriento motín de 1996.
En ese lugar, fabricaron 30 cunas con insumos cedidos por el Municipio de Olavarría. Serán donadas a familias carenciadas, a través hospital local. “Habitualmente son 10 u 11 internos que trabajan aquí, que van aprendiendo las diferentes etapas del trabajo, como es la de tallador, tornero, ensamblador, lustrador, hasta desarmador de pallet, que también es importante, y van adquiriendo una herramienta más para cuando recuperen su libertad y puedan egresar con un oficio tan digno como es la carpintería”, explica Hait.
“Para mi trabajar en la carpintería es muy importante, por un lado porque aprendo un oficio que para cuando vuelva a la calle me va a servir, pero además venir todos los días a trabajar también es terapéutico, nos ayuda a salir de la situación de encierro”, cuenta Julio César, uno de las personas alojadas en el penal.
"Venir todos los días a trabajar también es terapéutico, nos ayuda a salir de la situación de encierro”, cuenta Julio César, uno de las personas alojadas en el penal.
En la costa bonaerense, también se replicaron las acciones solidarias y en el marco del Día de la Escarapela diez mujeres alojadas en el anexo femenino de la Unidad 4 de Bahía Blanca confeccionaron 327 escarapelas para las Escuelas 38 y 64, ubicadas en la periferia de la ciudad, con cintas donadas por el personal penitenciario.
Las autoridades del penal, entre ellos el subdirector de Asistencia y Tratamiento de la Unidad 4, Javier González, se dirigieron primero a la Escuela 64, a cuatro cuadras de la cárcel, y en una breve ceremonia entregaron 100 escarapelas. Luego, en la Escuela 38, de calle Castelar al 2200 pusieron a disposición de los alumnos y el cuerpo docente 227 insignias patrias. Su directora, Marcela López, agradeció el obsequio y explicó a los alumnos la importancia del símbolo patrio.
Los niños, con las escarapelas colocadas en sus guardapolvos blancos expresaron su alegría con aplausos. La escena fue registrada en un video casero, que llegó a los ojos de las internas solidarias.
En Mar del Plata, ocho internas de la Unidad 50, tejieron con hilos celestes y blancos al crochet 350 escarapelas y la Jefa del Complejo Penitenciario Este, Claudia Díaz, junto al director del establecimiento carcelario, Esteban Fraga, donaron esa producción a la Escuela Primaria 51 Paraje San Francisco Batán. También acompañaron las oficiales penitenciarias Mariana D’María y Lourdes Cháves.
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La directora del colegio, Marcela Makarthe, contó a los niños la procedencia de las escarapelas y docentes y alumnos le cantaron a viva voz un “les damos las muchas gracias, les damos las muchas gracias, les damos las muchas gracias, de todo corazón”.
Las cinco experiencias solidarias forman parte del programa que impulsa el gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal, a través del ministerio de Justicia que conduce Gustavo Ferrari.
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Ferrari, comentó sobre el emprendimiento: “Propiciamos proyectos de integración con la comunidad a través del desarrollo de acciones de responsabilidad. La idea, como nos ha pedido la gobernadora María Eugenia Vidal, es generar la participación solidaria de las personas privadas de su libertad e incorporar valores por parte de los participantes”.
CDL EA