La Justicia activó la detención y extradición del religioso Eliseo Pirmati, acusado de los supuestos delitos de “abuso sexual agravado, exhibiciones obscenas y corrupción de menores” en el Instituto Provolo de La Plata, quien se encuentra en Italia. Así consta en los documentos judiciales a los que accedió PERFIL. El presidente de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires envió ayer al Ministerio de Relaciones Internacionales la orden para que un juez de Verona detenga e inicie la extradición del acusado a la Argentina.
Pirmati fue docente retirado del colegio y albergue para niños sordos de La Plata y es investigado por denuncias de ex alumnos que transitaron por la institución católica durante los años 80 y 90.
El acusado es italiano, tiene 83 años y vivió 43 en la Argentina, hasta que dejó el país en 2017, mientras la Justicia avanzaba en la investigación por supuestos abusos, violaciones y tormentos. Desde entonces, vive en una de las sedes del Provolo en Verona, Italia, mientras la Justicia argentina tramita su detención y extradición, como revelaron PERFIL y L’Espresso de Milán en junio.
El medio italiano lo sorprendió hace tres meses saliendo de una misa a pocas cuadras de la sede del instituto en Verona. La fiscal Cecilia Corfield había solicitado su detención en abril (por cuarta vez), el juez la ordenó, pero no se realizó la traducción de los documentos con la enumeración de las pruebas y testimonios para enviar a las autoridades italianas y ejecutar la detención. Eso demoró su detención otros cuatro meses por “cuestiones burocráticas”.
El Juzgado de Garantías Nº 2 de La Plata tenía pendiente entregar la traducción al italiano ante la Corte Suprema bonaerense. El magistrado Eduardo Silva Pelossi completó los trámites este martes. Ayer, el presidente del máximo tribunal de la Provincia, Eduardo Néstor De Lazzari, ordenó remitir la orden traducida al Poder Ejecutivo para que se envíe al juez competente en Verona.
En Italia, un juez evaluará las pruebas descriptas contra Pirmati y deberá decidir si lo detiene y extradita a la Argentina para ser indagado.
Pirmati nunca quiso hacer declaraciones ante la prensa, pero el interventor del Provolo, monseñor Alberto Bochatey, sostiene que el religioso se declara inocente. También negó que el acusado se esté escondiendo de la Justicia en Italia y dijo que se acogerá a la ley italiana.
Imprescriptibles. Si bien los denunciantes relataron ante la fiscal acusaciones que datan de los 80 y 90, la Justicia confirmó en estas últimas horas otro punto central para el caso. Los delitos que se investigan en La Plata no prescriben. Así lo confirman los documentos a los que accedió este medio.
En La Plata este caso tiene tres acusados: el ex director del Provolo, el sacerdote Nicolás Corradi; el religioso Primati, y Jorge Britez, un empleado administrativo del colegio. La defensa de Britez, que está detenido en la Argentina, había planteado que los delitos estaban prescriptos. En los últimos meses, Silva Pelossi determinó que los delitos que se le atribuyen a Pirmati no están “prescriptos” por el paso del tiempo. Un tribunal superior confirmó recientemente ese mismo criterio, permitiendo que continúe la investigación. Violación, abuso sexual, corrupción de menores y exhibiciones obscenas, tormentos y reducción a la servidumbre son algunas de las acusaciones de ex alumnos del Provolo platense.
El caso también tiene su capítulo en Mendoza, en otra sede de esta institución intervenida por el Vaticano desde el escándalo. Allí 26 ex alumnos denunciaron haber sido abusados entre 2005 y 2015. En agosto comenzó el primer juicio por el caso. Corradi también fue el director de esta sede y está siendo acusado.
El caso contra el Provolo no empieza en la Argentina. Decenas de ex alumnos en Verona denunciaron haber sido víctimas de abusos desde 1950. Los abusos se habrían extendido durante siete décadas en Italia y Argentina. La Iglesia inició una investigación interna en 2011, pero solo condenó a uno de los 26 acusados. En una casa de esa misma sede, en el norte de Italia, es donde ahora se aloja Pirmati desde que dejó la Argentina, según los documentos judiciales.