“Se llevaron una parte de mí y no la voy a recuperar nunca más; quiero que el asesino pague”. Daniela Bilich no encuentra consuelo por la violación y el asesinato de su pequeña hija Yasmín Chacoma (11), en un descampado de Comodoro Rivadavia. La nena fue a comprar a un supermercado y no volvió. “No puede haber más Yasmín”, suplicó su mamá.
El sábado pasado, después de las 21, la pequeña salió de su departamento, en el barrio 30 de Octubre. Cruzó la avenida e ingresó en el supermercado “La Anónima”. Pasó una hora y la nena no volvía. Daniela dio aviso a la policía, los vecinos se movilizaron. Enseguida empezaron a circular fotos de la pequeña en las redes sociales. Dos días después apareció su cuerpo en un descampado. La jefa de fiscales del Ministerio Público, Adriana Ibáñez, confirmó que que había sido violada y que murió por estrangulamiento.
“Me quiero alejar un poco de todo esto, pensar, llorar y recuperarme para seguir. Le pedí a los investigadores que sólo me den un día para descansar. Me lo permitieron y me dijeron que después me van a llamar para ver los videos. Con todo el revuelo que se armó me fui de mi casa con mis hijos, para descansar”, cuenta llorando a PERFIL Daniela.
“La nena cruzó enfrente a comprar porque yo estaba en cama, recuperándome de una mala praxis que me hicieron en el parto del más chico, que tiene dos meses, además de estar en reposo por unas anginas”, explica la mujer de 36 años.
El recorrido que hizo Yasmín con su captor quedó registrado en las cámaras de seguridad de la zona, pero en ninguna se lo puede ver nítidamente. Las fuentes contaron que se los observa caminando entre las 21:27 y las 21:35 rumbo a un predio con canchas de fútbol. Ingresan al lugar y 55 minutos después el hombre se aleja solo.
Desde el año pasado hasta la actualidad, doce nenas menores de 15 años fueron violadas y asesinadas en el país, según un relevamiento de La Casa del Encuentro. Una multitud acompañó a Daniela en la despedida de Yasmín. “Crié a mis hijos solita. Di todo por ellos, dormía tres horas por día para que no les faltara amor”, sostuvo la mujer que desde el asesinato de la niña está con custodia policial. “Me tomé todo el tiempo para que ella sea una princesa. Le hice cada uno de sus disfraces para que juegue como le gustaba”, recuerda.
Daniela desconfía de alguien de su entorno, pero “todavía no di el nombre”. La mujer junta fuerzas para reunirse con los investigadores. “Era una hija incomparable. Ella me daba fuerza para no caer”, la recuerda. “Se llevaron una parte mía, me falta algo que no lo voy a recuperar nunca más”.
La mujer pide justicia, que la sigan apoyando y que atrapen al culpable. “No quiero que lo maten, lo quiero vivo en la cárcel para que sufra toda su vida. En este país no pueden haber más Yasmín”.