Los 36 Billares, London City y Richmond son tres de los bares más emblemáticos de la Ciudad. Si bien fueron cerrando sus puertas durante los últimos tres años, al menos dos de ellos, “Los 36” y “La London” están en diferentes etapas de remodelación y próximos a reabrir. El panorama de la tradicional confitería de la calle Florida, en cambio, aún es incierto.
Estos bares están catalogados como Notables gracias a la Ley 35 de 1998, ya que por sus características constituyen una faceta importante del patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de la Ciudad. En la Ciudad hay 85 encuadrados en esta normativa. Además de esa calificación, “Los 36” y “La Richmond” cuentan con una protección adicional de parte de la Legislatura porteña. Ante el cierre y posible desaparición, fueron declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad. Esto impide a sus dueños cambiar el rubro original.
Ubicada en la esquina de Avenida de Mayo y Perú, y a poco de cumplir 60 años (en agosto próximo), la London City cerró sus puertas en julio de 2013, cuando sus nuevos dueños decidieron iniciar una serie de refacciones. Después de cuatro meses de incertidumbre y ventanas tapadas, comenzaron los trabajos para recuperar su valor histórico. “El bar quedó como era originalmente. Hicimos trabajos de carpintería, recuperación de maderas, cielorrasos y espejos. Va a tener capacidad para unas cien mesas”, adelantó la arquitecta encargada de las obras, María Salazar Cobo, del estudio D + Arq. “También instalamos una barra de café al paso, que estará sobre los ventanales de Avenida de Mayo. La intención es recuperar un hábito que tenían los porteños en los años 50”, agregó.
El salón mantendrá su tradicional piso damero y habrá un sector homenaje a Julio Cortázar. El local también tendrá un lugar dedicado a la recreación histórica del inmueble, que se construyó en 1895 y en 1910 fue sede de la tienda Gath & Cháves.
Los 36 Billares recibió 2014 con sus persianas bajas. Vendido a fines del año pasado a la cadena de pizzerías La Continental, también se encuentra en plena remodelación. Las intervenciones que se están llevando a cabo en el interior del edificio intentan conservar el valor de sus componentes. Para eso se realizan la limpieza y restauración de las boiseries, carpinterías, lámparas, mobiliario y mesas de billar, entre otros objetos. Si bien la idea era reabrir sus puertas para la celebración de los 120 años de la Avenida de Mayo (el 9 de julio próximo), fuentes cercanas a la compañía aseguran que recién podrán hacerlo entre agosto y septiembre de este año. “Las obras se demoraron un poco más de lo previsto, pero vamos a reabrir sin cambiar el nombre ni la esencia”, indicaron desde la firma.
Distinta es la realidad de la confitería Richmond. Con su entrada vallada y andamios en el frente, pueden verse algunas obras menores en el interior del local. PERFIL intentó dialogar con los encargados de los trabajos, pero no obtuvo respuesta. “Vemos movimiento desde hace tiempo, pero es un misterio lo que están haciendo”, contó María Eugenia, encargada de un local frente a la confitería donde Jorge Luis Borges pasaba sus tardes.
La Richmond cerró en agosto de 2011 y la intención de sus nuevos propietarios era alquilar el local a una firma de calzado deportivo.