Quienes buscan recrear relaciones afectivas con quienes ocuparon esa posición muchos años atrás quizá planteen, en realidad, la búsqueda de situaciones que les sean familiares, que les inspiren confianza en una ciudad que viven como hostil o el intento de revivir algo ya perdido, pero cuyo recuerdo parece inspirar seguridad y confianza. Además, en algunos casos, el sujeto podría considerar que el tiempo no pasó y que continúa siendo joven. Mientras que para otros, donde el encuentro sexual con algún compañero/a no se produjo, alimenta la posibilidad de una tardía concreción que parece saciar alguna curiosidad, a la vez que promete alguna ventura.
La ilusión de encontrar o ubicar a aquel compañero confiable, con quien pueda establecerse una relación correspondida, simétrica y recíproca, quizás sea el ideal más lejano a nuestras vivencias y experiencias, porque el amor no parece ser esa correspondencia novelada, propia de las ficciones “de película”, sino algo mucho más simple y por ende más difícil de lograr: encontrar a alguien a quien aceptemos o, mejor dicho aún, soportamos sus falencias y vacilaciones, quien a su vez encuentre en las faltas del otro un motivo soportable para optar por continuar y no para “cortar”.
*Médico psicoanalista.
