SOCIEDAD
protesta de greenpeace en el artico

"Sabemos los riesgos que corre", dice la madre de la ecologista argentina presa

Los padres de Camila Speziale están orgullosos del trabajo de su hija.Todavía siguen incomunicados.

Liberen a nuestra hija. Los Speziale, ayer en la sede porteña de la organización ecologista.
| Cedoc

Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, los dos activistas argentinos de Greenpeace detenidos el jueves, continúan a bordo del rompehielos Arctic Sunrise (bajo custodia de las autoridades rusas), que está siendo remolcado al puerto de Murmansk, donde arribarían el lunes. Allí se espera que reciban asesoramiento legal por parte del consulado argentino, mientras que la Cancillería se encuentra en permanente contacto con los familiares y la ONG.

“La única información que tenemos es que los están trasladando. No tenemos contacto con ellos, sólo sabemos que un activista pudo enviar un mensaje y avisar que ninguno corre peligro, pese a que la Guardia Costera rusa fue violenta y subió al barco de manera ilegal”, dice Mauro Fernández, de Greenpeace Argentina. El miércoles, dos ecologistas de origen suizo y finlandés fueron detenidos por escalar la plataforma de la empresa petrolera estatal rusa Gazprom –socia de Shell–, para impedir que realizara la primera perforación petrolera del mundo en el mar Artico. El jueves, la Guardia Costera rusa detuvo a todos los miembros de la tripulación que, según la ONG, fueron maniatados y amenazados a punta de pistola y cuchillo. Entre ellos estaban los argentinos.

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Camila Speziale tiene 21 años y estudia fotografía. Se sumó como voluntaria de Greenpeace apenas terminó el secundario, donde empezó repartiendo folletos y juntando firmas. Esta era su primera experiencia como activista ecológica en el exterior. El jueves fue la última vez que su mamá, Paula Boscaroli, tuvo contacto con ella cuando Camila le mandó un mensaje que decía “vivita y coleando”. Desde entonces, no volvieron a tener noticias. “No sabemos nada, sólo que el barco está siendo trasladado. Espero que en estos días la dejen mandar un mensaje para saber cómo está”, dice Paula desde la sede de la organización en Colegiales, donde espera novedades de su hija. Sin embargo, pese a la preocupación, está tranquila gracias a la contención de la ONG y la Cancillería, que se mantiene en contacto permanente con ellos. “Sabemos los riesgos que corre cuando está en una acción de Greenpeace, pero la apoyamos porque lo que hace nos llena de orgullo”, dice. Además, recuerda que la convocatoria al barco fue para Camila “un honor”.

En tanto, Luz Pérez Orsi, la hermana de Hernán, el otro argentino detenido, cuenta que esta es la primera vez que su hermano, que tiene años de experiencia en la organización, vive una situación con este grado de violencia. “Veníamos comunicándonos con él por internet, y nos contaba lo que pasaba desde la detención de los escaladores”, cuenta desde Mar del Plata, donde también vive Hernán. El es marino mercante y hace cinco años trabaja como tripulante de Greenpeace Internacional, donde se desempeña como primer oficial de cubierta. Según relata su hermana, era su sueño desde siempre. Incluso antes de ser socio participaba de las acciones y su corazón estaba allí. A fines de esta semana, cuando la comunicación se cortó y no supieron más de él, llegó el aviso de la detención. “Es horrible, porque si bien Greenpeace nos llama y trata de calmarnos, hasta que no se pueda hablar con él uno tiene miedo, más con las fotos que se vieron de la policía armada con cuchillos”, dice Luz. Hernán tiene cuarenta años y vive junto a su mujer y su pequeña hija, que el jueves pasado cumplió un año. El mismo día que su papá era detenido.