SOCIEDAD
SANTORAL CATÓLICO

Hoy se celebra a San Jaime de la Marca, el santo que sanó ciudades enteras con su oración y su coraje

Este 28 de noviembre, la Iglesia recuerda a San Jaime de la Marca, el fraile franciscano cuya vida de oración, misión y milagros lo convirtió en un intercesor clave para quienes buscan protección, serenidad y soluciones a causas difíciles.

San Jaime de la Marca
San Jaime de la Marca, el santo al que se le reza hoy 28 de noviembre por protección y causas difíciles | IA

Cada 28 de noviembre, la Iglesia honra la memoria de San Jaime de la Marca, un fraile franciscano cuya figura espiritual, formada en la pobreza, la predicación y el servicio a los más necesitados, sigue convocando devotos alrededor del mundo. Su vida austera, unida a la fuerza de su palabra y a los numerosos testimonios de favores recibidos, lo convirtieron en un intercesor buscado especialmente en momentos de incertidumbre.

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La conmemoración se sitúa en su muerte, ocurrida en 1476 en Nápoles, fecha que la tradición cristiana considera su paso a la vida eterna. Desde entonces, su nombre aparece asociado a plegarias por protección, paz interior y resolución de situaciones difíciles.

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Un fraile que llevó serenidad a territorios convulsionados

San Jaime nació en Monteprandone, en la región italiana de las Marcas, a fines del siglo XIV. Su vocación religiosa se despertó temprano, en un contexto marcado por guerras, tensiones políticas y epidemias. Ingresó a la Orden de los Frailes Menores siguiendo el espíritu de San Francisco, abrazando la pobreza, la misión itinerante y la predicación como camino de vida.

Fue un viajero incansable. Recorrió ciudades devastadas, aldeas empobrecidas y regiones enfrentadas por disputas internas. A donde llegaba, intentaba restablecer la concordia. Las crónicas cuentan que intervenía para calmar disturbios, reconciliar familias enemistadas y evitar derramamientos de sangre en pueblos dominados por el conflicto. Su presencia, según testigos de época, tenía el efecto de apaciguar el ambiente y ofrecer una orientación espiritual clara a quienes se sentían perdidos.

Con el correr de los años, su figura se rodeó de relatos de favores recibidos y curaciones que la tradición atribuyó a su intercesión. Se hablaba de enfermos que recuperaban la salud después de encomendarse a él, de personas que encontraban soluciones a problemas judiciales complejos y de viajeros que experimentaban protección en situaciones de peligro. También se lo recuerda como un acompañante especial para quienes sufrían angustia, insomnio o inquietudes del espíritu.

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San Jaime murió a los 82 años, después de una vida dedicada por completo a la predicación y a la defensa de los más indefensos. Fue canonizado en 1726, y su tumba continúa recibiendo peregrinos que buscan consuelo, claridad y fortaleza interior.

Por qué se le reza el 28 de noviembre

El día de su festividad es considerado un momento propicio para pedir su ayuda en situaciones donde se necesita decisión, calma o un giro inesperado. Muchas personas recurren a él cuando una preocupación se vuelve demasiado pesada, cuando un conflicto parece no tener salida o cuando se busca recuperar la serenidad después de un período de angustia o estrés.

Su espiritualidad, centrada en la confianza plena y en la fuerza de la oración, se convirtió en guía para quienes sienten que transitan una etapa de confusión. A él se le pide, especialmente, claridad para tomar decisiones, protección en circunstancias inciertas y fortaleza para afrontar aquello que resulta difícil de sostener.

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En medio de un contexto donde la ansiedad, la incertidumbre económica y la presión cotidiana afectan a millones de personas, la figura de San Jaime de la Marca emerge como un recordatorio de la importancia de la interioridad y la calma. Su vida enseña que la paz no surge de la ausencia de problemas, sino de la manera en que se enfrentan con serenidad y convicción.

Oración a San Jaime de la Marca para este 28 de noviembre

Glorioso San Jaime de la Marca, servidor fiel y predicador de paz, hoy recurro a tu intercesión. Presenta ante Dios mis preocupaciones y mis dudas, y ayúdame a encontrar claridad en medio de la confusión. Alcánzame la protección que necesito y la gracia que humildemente pido en este día. Amén.