CULTURA
SANTORAL CATÓLICO

San Silvestre Gozzolini, el Abad que abrazó el desierto y fundó una orden de rigurosa observancia

En Osimo, comenzó una vida dedicada a la perfección espiritual, un camino que lo condujo al retiro ascético. A su vez, su piedad impulsó la creación de una comunidad monástica basada en la estricta Regla de San Benito.

San Silvestre Gozzolini, el Abad que abrazó el desierto y fundó una orden de rigurosa observancia
San Silvestre Gozzolini, el Abad que abrazó el desierto y fundó una orden de rigurosa observancia | CEDOC

El 26 de noviembre el santoral católico conmemora a San Silvestre Gozzolini, Abad y fundador de la Congregación de los Silvestrinos, una rama de la familia benedictina. Nacido en Osimo, Italia, alrededor de 1177 en el seno de una familia noble, fue enviado a Bolonia y Padua para estudiar Jurisprudencia, siguiendo los deseos de su padre. Sin embargo, su corazón lo inclinó profundamente hacia la teología cristiana.

Vida, legado y devoción

El Abad abandonó discretamente sus estudios de leyes para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras y la teología. Esta decisión provocó una gran ofensa en su padre, que se negó a hablarle durante una década. A pesar de esto, Silvestre perseveró y fue instituido canónigo en Osimo, destacando por su celo pastoral.

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Su celo pronto lo llevó a reprender respetuosamente a su propio obispo por llevar una vida irregular y causar escándalos públicos evidentes. Esta amonestación le granjeó la hostilidad del prelado, quien se convirtió en su perseguidor, forzándolo a una situación de aislamiento y prueba espiritual en su cargo.

Un punto de inflexión decisivo ocurrió en 1227 durante el funeral de un amigo, un hombre admirado por su belleza. Al contemplar la corrupción del cuerpo en la tumba abierta, Silvestre sintió una profunda aversión por la vanidad del mundo.

Él retiró a una ermita en el desierto, a unas treinta millas de Osimo, viviendo en una pobreza extrema, alimentándose de hierbas crudas y durmiendo en el suelo. Su penitencia era severísima, reflejando su deseo de una vida de perfección.

Seguido, otros discípulos atraídos por su santidad acudieron a él en busca de dirección espiritual. Para ordenar su creciente comunidad, eligió la Regla de San Benito, aunque en una versión de observancia, fundando el primer monasterio en Monte Fano.

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Antes de morir en 1267 a la edad de 90 años, la Congregación de los Silvestrinos ya había establecido numerosos monasterios en Italia. La Iglesia reconoció oficialmente su obra en 1247 con una bula del Papa Inocencio IV. Se le atribuyen milagros en su sepulcro y fue canonizado por Clemente VIII en 1598.

Oración a San Silvestre Gozzolini

Una oración asociada a él invoca a Dios: "Oh Dios clementísimo, que cuando el santo Abad Silvestre meditaba piadosamente la vanidad de las cosas de este mundo junto a un sepulcro abierto, te dignaste llamarle al desierto, te suplicamos que, despreciando lo terrenal a su ejemplo, podamos gozar de tu presencia eternamente”.

Qué otros santos se recuerdan hoy

En el santoral católico, hoy se recuerda a San Pedro I de Alejandría, un obispo y mártir que vivió en el siglo IV. Fue conocido por su firme defensa de la fe cristiana en tiempos de persecución, especialmente contra el arrianismo, y por su papel de liderazgo en la Iglesia de Alejandría, en Egipto. Su vida terminó cuando fue martirizado alrededor del año 311, consolidándose como un ejemplo de santidad y fortaleza ante la adversidad.

Simultáneamente, el santoral incluye hoy también a San Conrado de Constanza y a San Siricio Papa, figuras relevantes por su contribución al liderazgo eclesiástico y a la defensa doctrinal en la historia de la Iglesia Católica.

Así, la semana continúa con la celebración de santos de importancia como San Andrés Apóstol, cuya festividad es el 30 de noviembre, reconocido como uno de los primeros seguidores de Jesús y patrón de países, y San Francisco Javier, cuyo día se conmemora el 3 de diciembre, destacado misionero y cofundador de la Compañía de Jesús.