Se propaga a un ritmo imparable, para la deseperación de las autoridades bonaerenses. La rebelión de los presos se extiende por las unidades penales de la provincia y también en dependencias policiales. Como si fuera poco, la protesta también llegó a cárceles federales.
La huelga empezó el jueves 21 de septiembre, en lel pabellón de 6, buena conducta, de la Nueva, como se conoce en la jerga “tumbera” a la Unidad N° 9 de La Plata. Allí están los presos viejos y por eso a esta revuelta carcelaria se la llama la “huelga de los dinosaurios”.
En pocas horas se sumaron 1187 de los 1223 presos de esa cárcel; los que no lo hicieron son enfermos de sida y tuberculosos. Luego se sumaron reclusos de la cárcel de Olmos, de los penales de mujeres, de Los Hornos y Magdalena; de la Unidad N° 45, de Melchor Romero.
Ya hay huelguistas en la 1 de Lisandro Olmos, 6 de Dolores, 7 de Azul, 4 de Bahía Blanca, 8 y 33 de mujeres de Los Hornos, 30 de General Alvear, 24 de Florencio Varela, 38 de Sierra Chica, 37 de Barker; 28, 35 y 36 de Magdalena; 17 de Urdampilleta, 18 de Gorina, 42 de Varela, 43 de mujeres de Matanza, 45 de máxima seguridad Melchor Romero, 15 de Batán y 3 de San Nicolás.
A los huelguistas se sumaron los detenidos de las Comisarías 14ª de Melchor Romero y 11ª de Ringuelet.
En prisiones que dependen del Servicio Penitenciario Nacional se realizaron asambleas y se sumaron al reclamos las reclusas de la Unidad N° 1 de Ezeiza y los presos de la cárcel de Villa Devoto.