SOCIEDAD

Secretos de los mejores panchos porteños

Los pancheros de Buenos Aires muestran los diversos estilos de comer una salchicha. Fotos. Galería de fotos

La salchicha alemana gana terreno en el centro.
| CEDOC

En pleno microcentro, allí donde los oficinistas y cadetes logran hacer un hueco en su apretada agenda para comer, hay un menú que no falla: el pancho.

Hay quienes los llamarán “hot dog” y nunca falta algún centroamericano al que se le escuche pedir un “perro caliente”. Lo cierto es que a la hora de juntar pan y salchicha, hay panchos para todos los gustos.

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De parado

“Hay una panchería en Lavalle y Cerrito que es la gloria”, comenta un forista en una página web donde se debate cuál es el mejor lugar para comer en el centro.

“Frankfurt” abrió hace tres años y desde entonces no ha parado de crecer: su dueño, Walter, cuenta que venden cerca de 500 panchos por día. Lo que más sale, según explica, es el pancho de panceta con queso, seguido por el de “queso foundue” y el de salsa bolognesa. El pancho básico sale siete pesos, con la posibilidad de agregar una gaseosa al combo por 14.

Los días de semana, entre las 12 y las 3 de la tarde, el lugar estalla y los empleados del local casi no dan a basto a atender a los comensales. “Acá vienen todos, desde el motoquero hasta el escribano”, cuenta Walter. Los sábados, el local abre hasta las 4 de la tarde para algunos turistas curiosos que visitan el centro.

Otro de los preferidos de los habitués del microcentro es "Gringo", en la esquina de Lavalle y Florida. El local inauguró hace más de veinte años y tiene una gran variedad de panchos. La originalidad está en las salsas caseras que acompañan el combo como la tártara, la de repollo, la mostaza blanca y las salsa de pepino y semillas de amapola.

Por último, para quienes buscan un refugio del caos de las calles céntricas y las peatonales, los “Panchitos del Sol”, en la Galería del Sol (Florida 860) son una excelente opción. "Nada de mezclas raras como acompañamiento que disimulen el sabor de la salchicha", comenta un fanático del lugar. "El mejor pan con la mejor salchicha".

Alemania en Buenos Aires

Para los paladares más exigentes y los amantes de la cerveza artesanal, "Cervelar", en Viamonte al 300, ofrece una comida "a la europea". El local es ideal tanto para el oficinista que busca un almuerzo rápido pero tranquila como también para los que, con espíritu festivo, desean salir de “after office”.

Uno de sus dueños, Fernando, cuenta que "Cervelar" abrió hace tres años. “Viene mucha gente de oficina y turistas que quieren probar la cerveza".

Los fines de semana, en cambio, el local permanece cerrado. "Antes abríamos los sábados pero la zona está muerta los fines de semana”, dice.

Fernando está al día con la comida alemana porque tiene parte de su familia en el viejo continente. La especialidad de "Cervelar" son los panchos “Frank” y “Kiel”, de 12 y 10 pesos respectivamente, con opción de completar el combo con una cerveza artesanal por 20 pesos. Eso sí: “sólo para los que no trabajan”, aclara.

Las salsas, por otro lado, van desde el chucrut con curry (la recomendada por la casa) hasta la mostaza con pepino, relish, tártara y criolla, entre otras tantas.

“La gente no se acostumbra al sabor ahumado de la salchicha blanca. Los argentinos son muy clásicos comiendo”, protesta riendo.

Y al fin, para los que buscan sentarse en un restaurante del microcentro a comer una típica comida alemana, el clásico "ABC", en Lavalle al 500 permanece abierto de lunes a viernes hasta las cuatro de la tarde. Un lugar tradicional con un menú ideal para los fríos días de invierno.