Secretos, mentiras y clones de famosos en Facebook
Identidades robadas y pobre calidad de las relaciones. Manual para entender la comunidad virtual
que ya cuenta con
500 mil argentinos.
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CEDOC
La comunidad virtual Facebook, en la que unos 500.000 argentinos tienen su perfil, ha desatado gran cantidad de falsas identidades o famosos clonados y estafados. Incluso foros para seguidores o detractores de personajes conocidos. Así, por ejemplo, después de su “voto no positivo”, el vicepresidente Julio Celto Cobos tiene 16 foros dedicados a él, con unos 2.579 miembros.
Casi todos pueden acceder como amigo al perfil de un usuario de Facebook , si es que son aceptados por su dueño, claro. El único requisito para hacerlo es contar con una dirección de e-mail, que luego le permitirá crear un perfil con el nombre que desee (o se, puede inventarlo o hacerse pasar por otro), añadirle fotos y datos personales.
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Dicen que la copia es el mejor elogio y, de esta manera, figuras como Britney Spears, Julia Roberts, Hugo Chávez y Bill Clinton han sido “clonadas” con esta comunidad virtual. En nuestro país, Marcelo Tinelli, Carlos Tévez, Adrián Suar y el tenista Juan Martín del Potro cuentan, cada uno, con no menos de media docena de perfiles creados en su nombre, que en la mayoría de los casos funcionan como foros para fans o detractores -“Un cerebro para Karina Jelinek” es uno los tantos dedicados a denostar a la modelo-.
Tips. ¿Cómo se distingue un perfil verdadero entre docenas de falsos? Una primera pista son los nombres de sus amistades: la chimentera Marisa Brel tiene, por ejemplo, 3.937 amigos, la mayoría pertenecientes a la farándula. Además, en general, el famoso que está inscripto en el Facebook utiliza todos o la mayoría de los filtros de seguridad y privacidad que este medio ofrece.
Pero a veces, hasta los amigos íntimos de los famosos pueden equivocarse. Es el caso del modelo Christian Sancho, quien pese a que jamás entró a Facebook, hace dos meses fue advertido por amigos de que alguien que usaba su nombre contactaba gente haciéndose pasar por él, chateaba con sus amigos y “hasta abordaba chicas con el cuento de que era representante”, cuenta Sancho.
