Desde 1999 recorre países latinoamericanos para promover el uso racional de medicamentos como parte de su trabajo en la Fundación Instituto Catalán de Farmacología. Pero, en esta ocasión, su visita a Buenos Aires tuvo otro motivo. El médico catalán Albert Figueras, profesor asociado de la Universidad Autónoma de Barcelona, vino a presentar su libro Optimizar la vida. Claves parareconocer la felicidad, donde explica cómo actúa el cerebro ante diferentes situaciones. En su charla con PERFIL destacó algo demostrado científicamente, pero que muchas veces es subestimado: ser optimista ante las situaciones cotidianas ayuda a vivir más y mejor.
—Hoy se vive acelerado. ¿Cómo afecta eso a la salud?
—El problema no es la velocidad en sí, sino lo que produce ella en nosotros. Corremos, tenemos miedo de no llegar a hacer todo, y esto nos produce estrés. En principio, es una respuesta “buena” del organismo, porque nos prepara para responder a una situación inesperada. Pero, cuando el estrés es constante, elaboramos una serie de sustancias nocivas, como el cortisol.
—¿Qué rol juega el cerebro en ese proceso?
—El cerebro percibe los estímulos y nos informa cómo está el mundo. Para hacer todo esto, funciona todo un sistema muy complejo, que se basa en la acción de unas células especiales: las neuronas. Ellas se van comunicando unas con otras mediante impulsos eléctricos o por unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores. Estas sustancias son muy variadas y cada una tiene un efecto distinto. Por eso, el cerebro es como una especie de “laboratorio”.
—¿Qué sustancias se producen y qué efectos tienen en la salud?
— Frente a una situación que nos enoja, el cerebro automáticamente envía la orden de segregar una sustancia que puede calmar o aumentar la irritación. Los corticoides, que se generan cuando nos enojamos, aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Si logramos de alguna manera que no se segregue tanto cortisol, entonces estamos frenando uno de los múltiples factores que podrían llegar a desencadenar un infarto.
—¿Y ante una situación tranquila?
—En ese caso, el cerebro puede elaborar, por ejemplo, endocanabinoides o endorfinas, que son sustancias que generan una sensación de relajación, tranquilidad y bienestar. Y de placer. Tiene efectos que contrarrestan los efectos de los corticoides y el cortisol.
—¿Por qué asegura que las personas optimistas tienden a vivir más y a vivir mejor?
—No se sabe exactamente el porqué, pero está comprobado científicamente por diversos estudios. Puede ser que como la persona optimista tiene más ganas de vivir, lleva hábitos más saludables. Se ha demostrado que quienes se toman la vida con tranquilidad tienen una mejor respuesta inmune. En cambio, las más estresadas elaboran más cortisol y tienden a tener menos inmunidad.
— ¿Se aprende a ser optimista?
—Yo creo que hay un poco de todo. Aunque me atrevería a decir que sí, el optimismo se aprende.
—¿Cuáles son las claves para vivir mejor?
—Una de las primeras cosas es conocer cómo funciona el cerebro. A partir de ese conocimiento, un ejercicio pequeño es identificar dos o tres cosas buenas que nos pasaron en el día.
Pensar en positivo
Con ejemplos de la vida cotidiana, en su libro Optimizar la vida Albert Figueras logra mostrar un mundo que, a pesar de no estar a la vista, se manifiesta en cada reacción y sensación a partir de lo que sucede en el cerebro.
A lo largo del texto, el médico cita estudios científicos que demuestran que ser optimista ayuda a tener una mejor salud. Y explica de manera simple cómo actúan las sustancias que frenan o refuerzan las reacciones ante situaciones como el enojo, la alegría y el estrés.