Desde hace nueve meses, un predio de casi 24 mil metros cuadrados en pleno barrio de Palermo parece haberse detenido en el tiempo. Desde el 12 de diciembre del año pasado, fecha en la que la Justicia porteña frenó la apertura del shopping a cielo abierto Distrito Arcos, los 65 locales y 20 góndolas que forman parte de ese emprendimiento de IRSA quedaron tal como se encontraban el día de la fallida inauguración. Algunos de ellos, incluso, aún conservan mercaderías y productos en su interior.
La clausura judicial impide a la desarrolladora de Eduardo Elsztain y a los locatarios efectuar obras o aquellas pequeñas modificaciones que restaban para la inauguración. De hecho, hoy nadie puede ingresar al lugar, excepto los encargados de realizar el mantenimiento de los espacios verdes del centro comercial. Personal de seguridad privada vigila los accesos sobre Juan B. Justo, Paraguay y Godoy Cruz.
Fuentes cercanas a la causa, en tanto, aseguraron que “IRSA tuvo dictámenes favorables de la Justicia, y todo indica que próximamente el shopping quedaría habilitado para abrir sus puertas”. Sin embargo, al ser apelada la sentencia, el mall continúa clausurado.
“El lugar parece un pueblo fantasma o un set de filmación”, se quejó ante la consulta de PERFIL el responsable de una marca de indumentaria masculina que pidió mantener su nombre en reserva. Entre los locales de marcas premium que se encuentran con mercadería en su interior aparece una clásica tienda de bebidas. Desde la puerta de entrada, sobre la calle Paraguay, por ejemplo, se pueden ver en la vidriera del negocio botellas de vino, espumantes y licores. La misma y desoladora escena se repite en la mayoría de los negocios de indumentaria: vidrieras, estantes y maniquíes mantienen las prendas de la última temporada de verano.
Según pudo averiguar PERFIL, la empresa IRSA se encuentra a la espera de que la Sala II de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad ratifique o revoque la sentencia del juez de primera instancia Aurelio Amirato, que permitía la construcción y habilitación del shopping. La medida fue dictada el pasado 28 de agosto y apelada de inmediato por los abogados ambientalistas que se oponen al proyecto.
Amirato había desestimado los amparos presentados por la Asociación Vecinal Lago Pacífico y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad (Fecoba), que cuestionaban el inicio de los trabajos de construcción sin permiso de obra ni evaluación de impacto ambiental. Este último fue realizado y aprobado en tiempo récord por la Agencia de Protección Ambiental (APRA) en abril pasado.
Enrique Viale, presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas, cuestionó la manera en que procedió la empresa y también la Legislatura. “La rezonificación se votó cuando la obra estaba completada en un 80%. Fue aquella noche del pacto PRO-K en la Legislatura, en la que, además, se aprobó en doble lectura un artículo que no había sido debatido antes. Porque el proyecto inicial no incluía las manzanas que hoy ocupa el shopping”, explicó.
Jonatan Baldiviezo, abogado de la asociación vecinal, adelantó que en el caso de reabrirse el mall presentará un nuevo recurso de amparo. “Falta que la Nación le entregue a la Ciudad la propiedad del 65% del terreno que, además, debería ser utilizado como espacio verde, público y de libre acceso”, señaló a PERFIL.
Vicente Lourenzo, vocero de Fecoba, aseguró que la institución aún no tiene definida una estrategia en caso de que se levante la clausura.