Agustín Giataganellis muestra con medido orgullo su trabajo fotográfico. Como cuando algo que hiciste te gusta, pero te da cierto pudor que otros lo vean. Es fotógrafo y hace un año abandonó por un tiempo sus estudios en la Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina, después de “lo de Juli”.
“Lo de Juli”, que tanto cuesta decir con palabras, porque cuando lo decís se te cierra el pecho de dolor, es el trágico accidente en la ruta 11 de Santa Fe, en el que murió Julieta Giataganellis, ocho compañeros suyos de la escuela Ecos y la maestra, quienes volvían del Chaco tras una jornada solidaria en la escuela rural El Paraisal, ubicada en Quitilipi.
Tras la tragedia, que se produjo debido a la ineficiencia de un Estado ausente en los controles, y una serie de irresponsabilidades (la de un conductor de un camión que conducía ebrio y la de un inexperto chofer de un colectivo, que se suman a una ruta en pésimas condiciones) la vida de Agustín, como la de tantos padres, familiares y amigos se desarma y si se puede, se arma.
En ese armar se concentró Agustín, quien viajó a Chaco junto a su padre, “Taki” Giataganellis, meses después del accidente. El objetivo fue reconstruir en un trabajo fotográfico impecable los tres días que los estudiantes del colegio Ecos pasaron en Quitilipi.
La ruta destruida, los camiones que se juntan peligrosamente, el hospital de la zona donde llevaron a los heridos y la escuela, donde pasaron sus últimas horas Julieta y sus compañeros.
Agustín enfocó su lente en las miradas de los chicos de la escuela “El Paraisal”. No lo dice, pero sabe que en esos ojos de niños atrapó a su hermana, su trabajo solidario, sus ganas de hacer, su juventud entusiasta.
“El trabajo no está terminado”, dice Agustín, que comenta además que la idea de hacer una fotonovela se le ocurrió cuando viajaba con su papá al Chaco. “Tenía ganas de saber, de conocer y de mostrar a la gente de allá”, asegura el joven fotógrafo.
El resultado son 500 fotos, de las que se seleccionaron 40, casi todas son imágenes espontáneas, varias de ellas retratos de ese mundo que Agustín tuvo la necesidad de registrar.
En la página web de los Familiares y amigos de las víctimas de la tragedia de Santa Fe, se puede leer unas líneas dedicadas a cada uno de los chicos. En la carta de los padres y hermanos de Juli se puede leer: “Queremos decirte que estamos muy orgullosos por lo que hiciste, y sabemos que los días que pasaste en El Paraisal, fueron de una riqueza inmensa para vos y para esos chiquitos, los últimos en recibir tu calor; hoy querríamos abrazar a cada uno de ellos, para poder sentirte cerca nuestro”, esto es, exactamente lo que hizo Agustín con su cámara.
Fotonovela:
Edición: Maximiliano Cesar Basso Gold, Agustín Giataganellis y "Taki" Giataganellis
Fotografía: Agustín Giataganellis.
Idea: Agustín Giataganellis.