SOCIEDAD
reabrio con su edificio completo

Tras su renovación, el Mamba apunta a duplicar los visitantes

Una mejor circulación, mayor flexibilidad de las salas y la apertura a la calle son las tres claves que presenta el renovado Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) en San Telmo, que el jueves reabrió sus puertas al público.

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Museo. Nuevos espacios, como la cafetería, aprovechan la luz, dice el arquitecto Ragonese. | MAMBA

Una mejor circulación, mayor flexibilidad de las salas y la apertura a la calle son las tres claves que presenta el renovado Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) en San Telmo, que el jueves reabrió sus puertas al público.

A más de sesenta años de su fundación, y con un pasado itinerante, el museo por fin cuenta con el edificio completo, gracias a una inversión de $ 60 millones del Ministerio de Cultura porteño y el aporte de mecenazgo de la Asociación Amigos del Moderno. Se duplicó el espacio de exposición, se sumó un espacio para actividades educativas, se integró la biblioteca y una tienda café, con ventanales a la avenida San Juan. Además de una enorme escalera escultórica que conecta los pisos.

“Pensamos la remodelación desde el ordenamiento del lugar. Lo que teníamos que hacer era adosar el tercer edificio a los otros dos que ya ocupaba; se sumó el de la esquina de San Juan y Defensa, donde funcionaba el Museo del Cine. El edificio ya tenía su fachada de la renovación previa, así que nos propusimos remodelarlo y darle un orden, con la nueva escalera, las nuevas salas, mucho más flexibles. Además de una mayor apertura a la calle, con las ventanas tanto en el café como en las salas”, dice el arquitecto Matías Ragonese, del estudio M/SG/S/S/S.

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Todo el primer piso estará ahora dedicado a exponer la colección permanente del museo –que cuenta con 7 mil obras y es la mayor colección de arte moderno contemporáneo del país. El resto de las salas albergarán las muestras de artistas nacionales e internacionales.

“El objetivo es vincular al museo con su entorno. Muchos de los visitantes son turistas y estamos a una cuadra de la Plaza Dorrego; por eso el museo ampliado se inserta en un circuito que nos interesa dinamizar”, explica el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro. Lo mismo con los vecinos del sur, por eso se remarca la importancia del café –donde se vende café del barrio–, que cuenta con una entrada separada para que puedan visitarlo incluso quienes no vayan a las muestras.

Hoy, unas 250 mil personas visitan el museo al año, de las que un 70% son jóvenes de entre 18 y 31 años. Su directora, Victoria Noorthoorn, aspira a duplicar esa cifra en los próximos años. Por eso, además de lo artístico, ponen el foco en actividades como ciclos de cine, teatro y música experimental, o los encuentros educativos con escuelas. “Estamos emocionados de presentar lo mejor del arte argentino, y grandes experiencias culturales y educativas en espacios que están a la altura de los grandes museos del mundo”, dijo en la reapertura. La muestra inaugural puede visitarse hasta el 14 de octubre.