SOCIEDAD
Retiro

El influencer de las palas ahora repartió picanas en el lugar donde asesinaron a Maribel Salazar

Mauro Stendel dijo que le entregó 100 artefactos que producen descargas eléctricas a los transeúntes que pasaban por Retiro. PERFIL investigó sobre la legalidad de su uso.

Mauro Stendel
Mauro Stendel | Twitter Mauro Stendel

Luego de enviar 256 palas a las puertas del Congreso para que los legisladores "se pongan a laburar", ahora el influencer Mauro Stendel repartió picanas en la estación de Retiro donde fue asesinada la oficial Maribel Salazar. PERFIL se comunicó con abogados penalistas y consultó si este tipo de prácticas está amparada en la legalidad, ya que se trata de un artefacto que produce descargas eléctricas. 

Bajo el lema "si la policía no puede cuidarte, vas a tener que aprender a cuidarte sólo", Stendel intentó mediante otro golpe de efecto en redes sociales instalar un tema delicado: la inseguridad. Esta semana, la trágica muerte de Salazar devolvió a la superficie la discusión estacional por el uso de las pistolas TASER e incluso le dio letra a la dirigencia para que expresara sus posturas ideológicas. El debate, como cada tema que domina la agenda, se polarizó y se extinguió antes de llegar a una conclusión virtuosa. 

"Ojalá pudiera haber repartido unas TASER", dijo este viernes Stendel en declaraciones radiales con Jonatan Viale en Radio Rivadavia, luego de reconocer que entregó 100 picanas a los transeúntes que caminaban por Retiro. "Es un aparato multiuso que tiene una linterna, la parte de atrás es duro para romper vidrios y en la parte de adelante tiene la picana. Es a corta distancia y no es letal", agregó.

A raíz de este hecho, PERFIL se comunicó con tres abogados penalistas para saber si el suministro de estos elementos es legal en la vía pública. Los especialistas coincidieron en que hay "grises" en la ley e incluso plantearon la paradoja de que no se utilicen las pistolas TASER pero sí se pueda acceder a este tipo de productos. 

Uso de picanas: entre la venta libre y el "vacío legal"

"La ley dice claramente que lo que no está prohibido expresamente está permitido. Si este producto no está prohibido en su venta, está permitido", sintetizó a este medio el letrado Gustavo D' Elía

Gustavo D'Elia
Gustavo D' Elía

Marcelo Biondi, también penalista, agregó: "No está regulado con claridad. Al ser de venta libre como un rifle de aire comprimido, estaría permitido. Hay un fallo del tribunal oral de San Isidro que ha aplicado el protocolo de Estambul, es un tratado internacional que considera que las armas eléctricas son armas capaces de causar daño", aclaró. 

La cita de Biondi remite a un caso del año 2017 donde los jueces María Coelho y Eduardo Lavenia citaron dicho protocolo alegando que cuatro personas que picanearon a otras dos para robarle debían ser juzgados por el delito de robo calificado por el uso de arma. "Si bien hay un vacío, es extraño que si todavía las fuerzas de seguridad no han podido utilizar las pistolas TASER se repartan picanas en forma libre, más allá de que la venta no está prohibida", planteó el abogado. 

Marcelo Biondi
Marcelo Biondi

Juan Pablo Fioribello, abogado penalista y ex Director General de Seguridad bonaerense, fue contundente: "El uso de picanas en Argentina está totalmente prohibido, lo especifica la Ley Nacional de Armas y las equipara a las armas de uso civil. Hay dos tipos de armas: de uso civil y de uso civil condicional o de guerra. El uso, la tenencia y la portación lo regula la propia ley. Cada categoría de armas tiene una clasificación especial". 

El experto afirmó que las picanas se autorizan para casos especiales y añadió que si bien el uso está prohibido, la venta no está regulada para todos los comercios. 

Juan Pablo Fioribello
Juan Pablo Fioribello

"Las que se consiguen tiene usualmente pocos voltios. Hay una ausencia total del estado en la regulación. Si bien son vendidas como armas de defensa, pueden usarse para atacar, depende quien las use son utilizadas para un fin o para otro. Para defensa no son aconsejables porque son ilegales. Por otro lado, influye la cercanía que hay que tener con la persona para utilizarlo", explicó. 

Fioribello también aclaró que estos artefactos no pueden suministrarse y si tienen una determinada cantidad de voltios pueden considerarse armas de uso civil. "La pena para quien use este tipo de arma es de 1 a 4 años de prisión", argumentó. La capacidad de descarga de la picana también es clave para saber si quien las repartió debe ser penalizado o no, concluyó el abogado ante la consulta de este medio.

GI / MCP