El hombre capaz de facturar por publicidad más de 20 millones al año con su empresa y casi 5 millones por un sólo programa (Caiga quien caiga), exitoso con todos sus productos televisivos (E24 y La liga) paradójicamente, parece arrinconado contra las cuerdas. Para colmo de males, a su archienemigo Marcelo Tinelli se le ha ocurrido resucitar con sus ratings sobre fines de año cuando él y más de uno preparaban su velorio mediático.
Acorralado por el conflicto impositivo por el cual ha sido procesada la cúpula de su empresa debido al descubrimiento de facturas indebidas, Mario Pergolini afronta la guerra campal y mediática que le han declarado sus antiguos aliados (TVR, Duro de domar); una ruptura casi terminal con su anterior canal, el 13; sus negocios cuanto menos complicados con un canal chileno que nunca encubrió sus preferencias por el ex dictador Pinochet; su radio (la X4) en caída libre en audiencia y con problemas de interferencias y algún que otro extraño hábito empresarial de entrecasa.
Además de crítico light del oficialismo, Pergolini no oculta su admiración por Mauricio Macri, quien no parece muy afín con el perfil de su clásica hinchada.
Más todavía: si alguno le tenía algo de miedo, parece que ese fantasma se desvaneció. En sólo una semana, Susana Giménez le respondió en una revista: "Se burla de mí como se burla de los demás, siempre sin mayor talento". Fernando Peña, lo define como un "rebelde para la gilada" y Adrián Suar (a través de una infidencia de Jorge Rial en Intrusos) le despachó que "Es un guapo de pizzería". Y para colmo, al concluir el Bailando por un sueño 2 con la victoria de Florencia de la V, Pergolini no se calló la boca y dijo que no había visto Bailando por un traba. Florencia respondió: "No entiendo, ¿ahora es un discriminador?..."
Temas irreprochables, eso sí: su rating en Telefe tendió la mayoría de las veces a subir el promedio que tenía en Canal 13, y su vida personal anda todavía por el limbo que supone ser papá otra vez, ahora de una nena.
Sin codigo. A sólo una emisión de la nueva nave insignia del 13, Amas de casa desesperadas, a Suar se le erizaron los pelos. Es que en CQC ya se pronosticaba un fracaso estrepitoso de ese programa y las célebres cucarachas lo expresaron: se interrumpió la rutina de los insectos y apareció una placa tipo clasificado que decía: "Aproveche, country sin estrenar, en muy poco tiempo deshabitado por poco rating. Preguntar por cuatro amas de casa desesperadas". Para peor, cuando Suar, con juego limpio, anunció en promociones que salían el lunes el corrimiento a los jueves de Amas..., Villarruel espero hasta último momento para avisar que Hermanos y Detectives se correría hacia ese mismo día y horario, haciendo retornar a los miércoles a Pergolini. A través de un aviso publicado en los diarios (acordado por Telefe y CQC), el canal de las pelotas se quejaba de que a los hombres de negro los perseguían cuatro psicópatas.
Cuando en realidad había sido el programa de Telefe el que había "acosado" al del 13 y no al revés, como sugería ese aviso. En su programa de radio (Cuál es) Pergolini acometió una y otra vez contra la nueva ficción de Suar y entonces Adrián sugirió entre sus allegados: "No, este tipo ya rompió todos los códigos. Acá, mientras yo esté, este guapo de pizzería no vuelve más". Ni hablar de otras áreas del 13, a las cuales hace pocos días Pergolini señaló como las únicas responsables del corrimiento de horarios, en una teoría que sonó bastante forzada y alejada de la realidad. "Es increíble cómo cambió este muchacho -dicen en el 13-. Aquí le entregabas dos minutos tarde y se ponía como loco, ahora le entregan a la medianoche y hace chistes, como cuando salió disfrazado como ‘Montecristo’, un mamarracho".
¿Negocios son negocios?. Lo sabemos todos. Pergolini tiene un férreo discurso social y político. Detesta a Daniel Hadad y a todo Radio 10, todo Canal 9, y todo lo que toca ese empresario. Se ubica en un lugar de centro izquierda, con algo de la vieja anarquía y un fuerte escepticismo en los políticos, aunque no tanto en la cúpula presidencial.
Para algunos muy informados sorprendió su silencio hace un par de años, en abril de 2004, cuando su gran amigo Daniel Grinbank salió a viva voz a denunciar por lavado de dinero a sus flamantes socios mexicanos del CIE: "Esta gente –denunció en su momento Grinbank, poco antes de desvincularse de su empresa- hace lavados de dinero por montos que superan los 8 millones de dólares". Grinbank había sido fundador y motor de la Rock and Pop, radio en la cual Mario firma contratos que rondan el millón de pesos por año más porcentajes por publicidad. En realidad, Pergolini factura cerca del 75% del total de la radio con su programa Cuál es. Para abreviar, digamos que el CIE continúa manejando la Rock and Pop y poco quedó de aquella emotiva frase que Mario solía decir cada año en otros tiempos: "Estoy aquí por mi amigo Grinbank".
Pero también puede establecerse que la rigidez política que aquí exhibe Pergolini parece sucumbir al trasponer la Cordillera de Los Andes. Hace cuatro años vendió el formato CQC a la emisora privada Megavisión, y junto con ese programa tiene ahora en el aire otro que se llama Planetario.
El dueño de Megavisión es un empresario polirrubro cuya personalidad divide las aguas. Se llama Ricardo Claro y, según la prensa memoriosa de ese país, fue asesor del canciller contraalmirante Huerta que integró la dictadura de Augusto Pinochet. Le ha dado trabajo en su canal a un sacerdote emblemático de la dictadura, Gregorio Hasbún, quien ha dicho sin sonrojarse que "el sufrimiento de Pinochet en Londres (durante su detención) ha sido equivalente al de Jesucristo". El diario La Nación de Chile publicó en diciembre del 2004 una nota titulada "Los imperdonables" y se refiere a Ricardo Claro: "Puso a disposición de las fuerzas de seguridad (de Pinochet) dos barcos de otra de sus empresas, la Compañía Sudamericana de Vapores, para ser usadas como centros de detención y tortura. Uno de ellos, el Maipú, trasladó a 380 detenidos desde Valparaíso hasta Pisagua. Muchos de sus ‘pasajeros’ perdieron la vida".
Se dice que Pergolini no puede dejar de conocer a este hombre y a su historia. Mientras tanto, Caiga quien caiga sale cada domingo a las 22 por ese canal, Megavisión.
Batalla campal con TVR. En tanto, la pelea que se reactiva cada tanto y desde hace un año con sus anteriores aliados de Televisión Registrada llega a una graduación que preocupa. Todo empezó cuando TVR descubrió que la apertura de CQC de este año (la construcción de políticos en serie, de eso trataba) era igual en estética a una publicidad norteamericana de pizzerías. Ya le habían deschavado poco antes un sketch entero en donde los CQC proponían a un diputado como planta: igualito a otro sketch de un programa de Michael Moore. Dicen que la respuesta de CQC fue desproporcionada y desde allí no hubo retorno. Más aún: hubo una baja en esta contienda, la de Sebastián Wainraich, quien trabajaba en la radio de Pergolini (la X4) y, como a la vez era conductor de TVR, se le rescindió el contrato.
"A mí terminaron diciéndome que era por razones económicas -cuenta Wainraich-. Siempre había trabajado con la mayor libertad del mundo. Pero a lo mejor soy un poco ingenuo en creerme lo que me dijeron. Lo voy a hablar en terapia".
En su momento, nadie habló del hecho. Sólo Laura Ubfal, periodista especializada en televisión, lo hizo desde su blog y lo hace ahora, consultada sobre aquel episodio: "Nadie habla porque los periodistas siempre se preocupan por cuidarse el traste, hablando mal y pronto –dice Ubfal-. Pero aquella situación fue injusta. Dejaron sin trabajo a un laburante como Wainraich".
Daniel Tognetti y Andy Kusnetzoff se fueron de mala forma de Cuatro Cabezas. Tal vez por eso Daniel Malnatti, cuando hace poco más de un mes estiró la cuerda para lograr un aumento de sueldo significativo, habría recibido esta respuesta de Mario: "Aceptá lo que te podemos dar, porque si te vas parece que no trabajás más", le dijo con su típica risa sardónica. Es que, en verdad, se le hace difícil a quien sale mal de esa empresa conseguir reinsertarse rápido. Lo han aprendido tanto Andy como Tognetti (también Miriam Lewin y Lorena Maciel, tras su paso por Punto doc), quienes luego de una etapa muy verborrágica, ahora han optado por la mesura. Tognetti: "Prefiero ahora ver el vaso medio lleno que medio vacío. No me hablo con Mario, pero entiendo que me dio una gran oportunidad". Andy: "Ahora le tengo cariño…". Desde las entrañas mismas de su empresa, surgió un dato: "Últimamente se convirtió en lo que critica. Habla siempre muy mal de Sofovich, pero a la empresa la llama La Familia, como en la mafia. A los nuevos de la empresa los recibe así: "Bienvenidos a La Familia. Adentro, lo que quieras. Afuera, no esperes nada de mí", les dice.
El tira y afloje con sus noteros estrella es constante, cuentan. Por un lado, desea que triunfen. Pero nunca al punto de que logren su autonomía y lo abandonen.
Rebelde Light. No pocos ven en el 7 de abril del 2005 la fecha clave para entender las razones por las cuales aquel CQC de látigo desenfrenado contra los políticos se convirtió en una versión casi descafeinada en ese punto. Ese día, el presidente Kirchner estableció que la frecuencia de amplitud modulada 104.3 pasara a manos de la empresa de Mario Pergolini. Al mes siguiente, el 20 de mayo, Pergolini recibía otra enorme dádiva oficial: la extensión de su licencia (al igual que el resto de los canales de TV y radios) hasta quince años más. Coincidentemente, durante todo este tiempo las críticas al gobierno menguaron. Y acaso hayan vuelto a aparecer después que saltara el tema impositivo, debido al cual la justicia en lo penal económico acaba de procesar a tres de sus directivos (Guebel, Kon y Rechini) por la presunta utilización de facturas apócrifas.
Concluye un año raro y ambivalente para Mario Pergolini. No se le descascara el éxito, no ha disminuido su creatividad, sus productos continúan siendo exportados con suceso.
¿Entonces? No son los hechos, es el personaje. Si otro empresario fuera el que protagonizara algunos de estos episodios seguramente no merecería la atención periodística. Pero se trata de quien habla a diestra y siniestra de todos, el burlador social, el que salta cuando le mencionan a Radio 10 ó Canal 9, el que se esfuerza por obrar de modo políticamente correcto siempre. En esa rigidez, quizá, se encuentre su mayor vulnerabilidad.