A veces, esos trucos que uno ha visto alguna vez en internet, en tv o que le han contados sus mayores, pueden salvarnos. En este caso, un viejo truco que se emplea para abrir una botella de vino sin usar sacacorchos le sirvió de inspiración a un médico de Alemania que auxiliaba a un niño de 7 años cuya lengua le había quedado atrapada dentro de una botella de vidrio.
Este jueves, el European Journal of Anaesthesiology hizo público un informe sobre el caso de los médicos que trataron al menor en el Hospital para Niños Auf der Bult, de Hannover, Alemania.
El menor había estado bebiendo jugo de uva blanca de una botella y, como cualquier niño, hizo todo lo posible por lamer hasta la última gota metiendo la lengua todo lo que pudo dentro de la botella. Pero en vez de lograr una gotita más, la presión hizo que su lengua se le hinchara y terminara atascada dentro de la botella.
Al no poder extraer la botella, sus padres lo llevaron al hospital. Por suerte, las vías respiratorias del niño no estaban bloqueadas, lo que les dio tiempo a los médicos para desarrollar un plan.
Primero intentaron lubricar el área de contacto entre la botella y la lengua, girando y tirando, pero no tuvieron éxito. Por lo general, en estas situaciones se debe cortar el fondo de la botella o hacerle algún agujero para liberar la presión.
Pero antes de que tuvieran que recurrir a tales medidas, intervino el Dr. Christophe Eich, anestesiólogo pediátrico. Era la primera vez que se veía ante un caso como este en sus 25 años de práctica, pero el recuerdo de tantos tipos de dulces hallados dentro de botellas de vidrio le dio una idea genial.
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Unas dos décadas antes, mientras todavía estudiaba medicina, Eich se vio en la desafortunada situación de tener que abrir una botella de vino aunque no hubiera sacacorchos.
Así que tomó una manguera delgada, de las que usan en medicina para limpiar las heridas con agua estéril, y la conectó a una jeringuilla vacía. Luego la insertó en la botella y, al bombearle aire, pudo retirar el corcho.
"El aire se presuriza y lo único que puede moverse es el corcho. Es el mismo principio", le comentó Eich a NBC News.
Apostó a que aquel viejo truco hecho en una fiesta podría usarse para liberar la lengua del niño. Y tenía razón.
Los médicos lograron pasarle la manguera delgada por el borde de la lengua e introducirla en la botella. “Luego de aplicarle unos 60 mililitros de aire, había suficiente presión en la botella como para extraer la lengua con la técnica de la presión positiva”, contó Eich.
En dos semanas, la lengua del niño volvió a la normalidad. La lengua seguía morada tres horas después de que los médicos la separaran de la botella. Más tarde se recuperó por completo.
Eich aseguró que la técnica es “bastante fácil” y que es algo que “cualquiera podría hacer”. Sin embargo, hay que recordar que él tiene décadas de experiencia.
Por ello la mayoría de los expertos recomienda abrir las botellas de vino a la antigua usanza y beber los jugos, incluido los fermentados, desde un vaso.