Una bufanda tejida en cautiverio, la carpeta del colegio secundario y un trozo de la cortina del baño del ex centro clandestino El Olimpo son algunos de los objetos aportados por familiares, amigos y compañeros de personas secuestradas y desaparecidas durante la última dictadura, que conforman el proyecto "Vestigios", un portal que busca dar una dimensión diferente al período del terrorismo de Estado.
"Queríamos que fueran objetos elegidos por las propias personas. Algo representativo para contar la historia a quien no conoce cómo se vivía en esa época", destacó Javier Borelli, responsable de la iniciativa que impulsó la organización Memoria Abierta. La búsqueda fue lenta, porque requirió que los allegados a las víctimas de la dictadura confiaran en el proyecto y accedieran a que el objeto elegido sea fotografiado, difundido y acompañado de su respectiva historia.
Así fueron surgiendo boletos de colectivos, fotografías, cartas y hasta los pañuelos blancos de las primeras Madres de Plaza de Mayo, iniciadoras de una búsqueda persistente, convencida y sentida en aquellos primeros años del régimen militar. "Buscábamos objetos que tuvieran una marca personal, un símbolo de la vida íntima y otras expresiones sociales y colectivas" del país, destacó Borelli.
El proyecto "Vestigios" tomó forma y recibe aportes en forma cotidiana, tanto que esta semana se difundieron nuevas imágenes e historias en www.memoriaabierta.org.ar/vestigios/index.php Liora Gomel, responsable de Comunicación de Memoria Abierta, explicó que la iniciativa tuvo desde un principio la intención de que "no hubiera una fechitización del objeto", y frente a esa postura resulta imprescindible que se encuentre acompañado de la historia que representa el significado emotivo de su elección.
Los cuadernos, boletines y diplomas de Franca Jarach, que fue abanderada en el Colegio Nacional Buenos Aires, no tendrían la relevancia si se ocultara que militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), una participación política que le costó primero la expulsión de la escuela y, luego, la vida.
También están en "Vestigios" los relojes de Gregorio "Guyo" Sember: el original, que llegó a dejarle a su padre el 30 de mayo de 1976 "cuando estaba siendo secuestrado de su hogar" y que éste no volvió a quitarse hasta que sufrió un asalto. Para que su esposa no notara la ausencia, Sember padre adquirió otro similar. "Dos años después, el reloj que estaba usando se detuvo y cuando lo llevó al relojero descubrió que otro cliente que estaba antes que él tenía el reloj de Guyo. Logró recuperarlo y desde entonces conserva ambos relojes".
Las historias, cada una de ellas, conmueven: "Es muy difícil no sensibilizarse, no vivirla. Son varios años de relatos contados, pero uno no puede evitar emocionarse", reflexionó Borelli. La propuesta de "Vestigios" es "pensar en las nuevas generaciones" y transformar el proyecto en una "herramienta" del docente, por ejemplo, cada vez que afronte el tema de los años de la dictadura ante sus alumnos.
"El sentido del proyecto va más allá de una catarsis. Es comunicarlo al futuro, que se conozca para evitar la repetición. Esa es la misión", finalizó Borelli.
Fuente: DyN