Un proyecto de ley busca que los “piropos” violentos se consideren falta en la provincia de Buenos Aires, en el marco de un intento por frenar el acoso callejero. Así, las mujeres que se sientan acosadas ya sea en la calle, en el transporte público o en cualquier situación podrán denunciarlo.
“El piropo es la práctica machista más naturalizada y aceptada, y es la invisibilización de la violencia. Todos estamos atravesados por el machismo y lo reproducimos en nuestras acciones diarias”, explica la senadora del Frente Renovador Micaela Ferraro, autora del proyecto que ya cuenta con media sanción del Senado provincial, y podría convertirse en ley una vez que se reanuden las sesiones legislativas.
En concreto, lo que se propone es que la violencia verbal sobre las mujeres –entendida como expresiones agresivas, denigrantes u ofensivas de tipo sexual– se incorpore al Código de Faltas y tenga penas de multas de entre el 15% y el 40% del sueldo (tomando como referencia el de un agente policial), o hasta con un arresto de 10 a 30 días, según la gravedad. Las penas se agravan si el “piropo” se dice en público, o por un grupo de personas, o por un profesional de salud.
Así, se busca dar más herramientas a las mujeres que se sienten vulnerables ante situaciones como el acoso callejero, para que puedan denunciarlas. “Tenemos la necesidad de poder transitar tranquilas la calle, viajar solas, volver solas a casa después de estudiar o salir con amigas, y ése es un derecho que se vulnera cada día en nuestro país. El acoso disfrazado de piropo es la formas más invisibilizada de violencia”, agrega Ferraro.
En los últimos años hubo varias campañas para concienciar sobre el tema, con lemas como “si te incomoda leerlo, imaginate escucharlo”, y carteles con algunas de las típicas frases ofensivas que las mujeres reciben. Esta semana se conoció el caso de una pasajera del tren Roca, acosada por un hombre. Tras un escrache en redes sociales, otras mujeres también dijeron haber sido acosadas por la misma persona.