“Unidad”, en sánscrito, se lee “yoga”: es la unión del cuerpo, la mente y el alma. La práctica es milenaria y todos los aspectos de una vida se reúnen bajo esa experiencia. Enseñé yoga con éxito durante veinte años: desde 1997 hasta 2015 formé cerca de mil profesores y ayudé a muchos en mi camino de iluminación.
Pero hoy, el término “yoga” se usa liberalmente. El contenido de las clases ha cambiado tanto durante los últimos cincuenta años que se cree que casi cualquier cosa puede llamarse así. Esta disciplina ancestral es una práctica espiritual y no un sistema físico de gimnasia. Sin mala intención, muchos jóvenes que han hecho cursos breves intentan rellenar con equívocos la instrucción de esta práctica. Esta disciplina requiere de toda una vida de práctica mental, física y espiritual: el del yogui es un largo camino, que no se termina nunca.
Yo sigo aprendiendo. La cultura contemporánea se llevó al yoga y, ahora, es necesario revertirse a los conceptos más básicos para entender: “¿Qué es lo que estamos enseñando?”.
*Fundador de la American Yoga School. Especial para PERFIL.