A dos años de su inauguración, la Cooperativa de Trabajo Nadia Echazú, la primera organizada, dirigida y compuesta por travestis y transexuales, no para de crecer. Las diez integrantes originales se convirtieron en sesenta, y Martín Churba, uno de los mejores diseñadores del país, trabaja con ellas para pensar en un producto original que las identifique.
Aprender a montar su propio emprendimiento no fue tarea fácil. El Ministerio de Trabajo financió los cursos de marketing, packaging, informática y moldeado de telas para que aprendan las distintas tareas de la industria textil. Además del subsidio estatal, los ingresos por la venta de productos van a un fondo común después de pagar los gastos y descontar la inversión necesaria para materiales, el resto se reparte entre las sesenta integrantes de la cooperativa.
“El fin es sacar a las chicas de la calle, varias ya dejaron la prostitución y eso lo vivimos como un triunfo", explica Lohana Berkins, presidenta de la cooperativa y activista.
“Cuando me propusieron trabajar con la cooperativa, me pareció una muy buena idea Estamos iniciando un trabajo creativo en grupo, las chicas tienen muchas ganas de trabajar y de sacar algún producto textil relacionado con la moda. De esta forma podrían tener un acercamiento con la comunidad desde otro lugar al que están situadas en general, debido a su condición y a los prejuicios de la sociedad”, explica Churba. Ellas se apresuran a aclarar “queremos hacer algo que pueda usar cualquier mujer, no un producto que sea ropa exclusiva para travestis”.