Uno de cada cinco accidentes es por consumo de alcohol

Este jueves 6.30 de la mañana en el kilómetro 40 del ramal Campana un camión que circulaba por Panamericana se despistó y chocó contra otro camión que venía por la mano contraria de la autopista. Según informó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el chofer que causó el accidente tenía 1,6 gramos de alcohol en sangre. Las estadísticas demuestran que este no es un hecho aislado. El choque, que terminó con tres heridos, se suma a la lista de los ya 40 siniestros registrados en la Panamericana en lo que va del año. Y tal como sucedió con los accidentes fatales protagonizados recientemente por Pablo García, hijo de Eduardo Aliverti, y por Gianmarco Dolce, hijo de la ex modelo Bárbara Durand, el conductor excedió el límite permitido de alcohol en sangre, que en el caso de los choferes profesionales es 0.

Según un estudio realizado por la Secretaría de Programación para la Prevención de la drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico “dos de cada diez accidentes viales que ocurren son causados por el consumo de alcohol”.

En este sentido el Ministro del Interior y Transporte de la Nación, Florencio Randazzo presentó un proyecto de ley para bajar a cero la tolerancia de alcohol en los conductores que transiten por rutas nacionales. En la misma línea, el legislador porteño Daniel Amoroso y el diputado por la provincia de Buenos Aires, Mauricio D´Alessandro presentaron proyectos de tolerancia cero en sus respectivas cámaras. Ambos son discutidos en comisión.

Según cifras de Luchemos por la vida, más de la mitad de las víctimas mortales se producen en accidentes durante los fines de semana por la noche. En cuanto a los involucrados, el 58 % son menores de 35 años y el 70 % son hombres. Los menores de 25 años se accidentan tres veces más que los mayores, son causantes de la mayoría de los accidentes que sufren y mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad.

Especialistas consultados por PERFIL coinciden en que los controles de alcoholemia efectivos son una medida que ayudaría a reducir este tipo de situaciones. Sergio Levin, padre de Lucas, una de las víctimas de la tragedia del colegio Ecos y presidente de la ONG Conduciendo Conciencia explica que para ser efectivos los controles tienen que ser constantes, y estar a la vista. “No hay políticas públicas serias de control de alcoholemia ni en la ciudad ni en la Provincia de Buenos Aires. Sólo hay acciones aisladas a partir de un hecho que cobra relevancia en la opinión pública”, afirma Levin.

Mariano Raimondi, vocero de la Agencia Nacional de Seguridad Vial explica que “realizar controles sobre la Panamericana, implica generar un riesgo debido a la velocidad en que se circula en la misma. Montar un puesto de control sobre la autopista obliga también a reducir al menos un carril y aumentar las probabilidades de producirse un siniestro”.

El control de la Panamericana es compartido entre esta agencia y el gobierno bonaerense. Según explicó a PERFIL la vocera de Pablo Molina, director Provincial de Política y Seguridad Vial de la Provincia, en abril pasado se realizaron 2923 controles de alcoholemia en las salidas de los peajes de Panamericana a la altura de Tigre, Vicente López, San Isidro y Pilar. De estos controles, 115 dieron positivo y 2 superaron el límite de alcohol permitido que para autos particulares es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Esta dirección asegura que estos operativos se llevan a cabo por lo general los fines de semana (jueves, viernes, sábado) por la noche y madrugada.

Desde la Dirección General de control de Tránsito y Transporte porteña aseguran que este año aumentaron los puestos de control. Ahora funcionan trece de lunes a viernes y diez los fines de semana. Su ubicación es aleatoria y en todos los casos, los puestos funcionan durante todo el dia y la noche. En lo que va del año, se han realizado casi 60 mil controles. De éstos, sólo el 1,9 por ciento (1.135 casos) dio positivo.

Desde Conduciendo a Conciencia aseguran que el bajo índice de test de alcoholemias obtenidos se debe a que los pocos controles que funcionan no están puntos críticos, ni siquiera en sitios que ya fueron escenarios de tragedias.