A la hora de pensar en una carrera universitaria los jóvenes se enfrentan a la oferta académica privada de cientos de casas de estudio. Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el interior del país proponen numerosas alternativas que el potencial estudiante debe decodificar en función de sus posibilidades e intereses. En ese contexto, ¿cuáles son los principales aspectos a evaluar para tomar una decisión acertada?
Costo-beneficio. El factor económico es un condicionante al momento de invertir en educación. Pero esa limitación puede resolverse: una gran variedad de becas (mérito académico, becas deportivas, becas artísticas, préstamos otorgados por la misma universidad, etc.) cubren hasta el 50% de la cuota mensual o más. En el caso de nuestra universidad, por ejemplo, uno de cuatro alumnos recibe algún tipo de ayuda económica.
Asimismo, es bueno considerar una mirada de estudio a largo plazo. Quizás los costos asusten al principio, pero la capacitación teórico-práctica abre al estudiante las puertas del mercado laboral. El beneficio es directamente proporcional a la inversión. A veces es más conveniente apostar por una universidad cara pero que garantice buenas perspectivas para el estudiante en el ámbito profesional.
Por otro lado, en las casas de estudio privadas el joven ejerce un mejor control sobre los tiempos que lleva terminar la carrera, ya que los planes de estudio, los turnos y las fechas de exámenes suelen ser flexibles.
Programa de estudio. ¿En qué medida se adapta a las nuevas tecnologías? ¿Cómo se vincula con las nuevas generaciones? ¿Cómo equilibra el plan de estudio la formación teórica con las prácticas? ¿Cómo es la propuesta académica en comparación con la de otras universidades? Internet ofrece la posibilidad de hacer evaluaciones comparativas no sólo entre universidades argentinas, sino también con otras regionales y mundiales.
También es interesante ver las opciones sobre los cursos de ingreso. Algunas casas de estudio proponen ciclos de orientación vocacional con enfoque multidisciplinario y diferentes metodologías para ayudar al alumno a definir su carrera y disponer de las herramientas necesarias que lo acerquen a su vocación. Algunas alternativas son gratuitas y otras con costo, pero en ambos casos resultan útiles.
Nuevas carreras. En los últimos veinte años la tecnología tuvo un crecimiento exponencial que repercutió en todos los aspectos de nuestras vidas. ¿Cómo respondieron las universidades a estos cambios? ¿Qué carreras surgieron para suplir las nuevas necesidades? ¿Las licenciaturas tradicionales de las universidades privadas se adaptaron al nuevo paradigma?
Networking. Los directivos y profesores de las universidades brindan al alumno un conocimiento práctico del mercado en el que va a trabajar. En el caso de las instituciones privadas, el trato con el alumno suele ser más directo y personalizado, lo cual permite al estudiante conocer de primera fuente a profesionales experimentados de su rubro.
Referencias. El contacto con antiguos alumnos es otro camino para explorar las posibilidades que ofrece cada universidad. Las referencias ayudan a hacer un balance de los aspectos positivos y negativos de la propuesta integral al estudiante. Existen redes de ex alumnos que también funcionan como fuente de información y consulta para el alumno interesado en ingresar a la universidad.
Intercambios internacionales. En un mundo globalizado donde un profesional puede compartir una oficina física o teleconferencias con colegas de diversas nacionalidades, es clave tener una formación en la universidad con cierta mirada global, experiencias o aprendizajes interculturales. Eso se puede lograr con los programas de intercambios que las universidades ofrecen para cursar uno o dos semestres en otra universidad en otro país.
Prestigio de la universidad. Hay parámetros que permiten reconocer el nivel educativo de las casas de estudio. Desde rankings especializados (el de la consultora británica QS, por ejemplo), años de antigüedad, perfil del cuerpo docente y opiniones de antiguos alumnos, entre otras variables. Todo suma al momento de hacer el balance.
Infraestructura. Condiciones edilicias, ubicación, recursos tecnológicos, biblioteca, estado de las aulas, comedor y servicios de distinto tipo. Hay que mirar todos los detalles porque la universidad es un espacio que alberga al joven durante mucho tiempo.
Salida laboral. Es fundamental que cada alumno haga prácticas profesionales mientras estudia: conocer a otros graduados, trabajar en empresas, investigar casos reales, pensar en la posibilidad de un emprendimiento propio, considerar las virtudes y defectos de hacer carrera en una multinacional y/o una pyme, etc. ¿Qué universidades ofrecen este tipo de posibilidades? En el caso de la Universidad Austral, la práctica profesional es indispensable y obligatoria para poder graduarse y eso se logra con un servicio de búsquedas laborales donde las empresas publican las oportunidades a las que los alumnos se postulan.
Alumnos del interior. ¿Qué alternativas brinda Buenos Aires para alumnos provenientes de otras regiones? Desde vivir en un campus universitario hasta becas de movilidad para los estudiantes que proceden de distintas partes de la Argentina, pasando por la posibilidad de compartir con estudiantes de diferentes zonas de nuestro país. Una residencia universitaria ofrece al joven la posibilidad de convivir con otras personas en la experiencia del desarraigo, así como contar con un sinnúmero de servicios de apoyo (limpieza, lavandería, salas de estudio, restaurante, etc.) que hacen la estadía mucho más llevadera.
Diferencias entre las carreras
A la hora de elegir una carrera es importante considerar toda la oferta académica disponible de las diferentes universidades. Medicina, Derecho, Comunicación, Marketing y Administración de Empresas, entre otras, suelen ser las carreras más requeridas y más generalistas. Sin embargo, existen carreras que permiten tener una formación más específica en determinadas profesiones. En algunos casos hay más puestos de trabajo en el mercado que la cantidad de alumnos que se gradúan.
Un ejemplo podemos verlo en las carreras de Informática. El auge tecnológico lleva a las organizaciones a contratar programadores, sin importar si éstos tienen un título de grado. El mensaje para los jóvenes pareciera enseñar que da lo mismo si terminan o no su formación académica.
La salida al empleo siempre estará garantizada, aunque para luego crecer y acceder a puestos jerárquicos es clave contar con el conocimiento que se da en el aula y el título de la carrera.
Explorar todas las alternativas permite ampliar el rango de oportunidades, considerando también carreras específicas u orientaciones que pueden ofrecer aquellas carreras más generales.
*Director de Admisiones de Carreras de Grado de la Universidad Austral.
