El feminismo negro defiende que el sexismo, la opresión de clases y el racismo están estrechamente relacionados, y a partir de la interseccionalidad es que debemos hacer un avance. Sojourner Truth, nacida en la esclavitud, abolicionista y activista por los derechos de la mujer y pionera del feminismo negro, con su célebre frase ¿acaso no soy una mujer?, nos recuerda que aún se deja fuera de la categoría de mujer a la mujer negra y que su presencia pública es inexistente.
Un punto que generó controversia en estos días fue el cambio de imagen de la marca de harina Blancaflor. Su logo era una mujer afrodescendiente con sus rasgos exacerbados, gorro y delantal blanco de cocinera y con guantes blancos.
La comunidad afrodescendiente planteó que se trataba de una imagen estereotipada por su asociación a la esclavitud en el período colonial, dado que los guantes blancos indican el lugar de servidumbre, ya que a las personas esclavizadas se les obligaba a usarlos para no tocar con sus manos los alimentos ni ningún objeto de los dueños de las casas donde trabajaban. La imagen de la harina era una ilustración de aquella época, que quedó naturalizada en un paquete sin darnos cuenta.
En Argentina acostumbramos a ver en los actos escolares a las niñas como vendedoras ambulantes de empanadas cuando representan a la población negra. Sus caras pintadas con corchos quemados son lo que se denomina “blackface”, costumbre muy cuestionada hoy en día. Sin embargo, si investigamos más en profundidad la historia de nuestro país, encontramos figuras como María Remedios del Valle, denominada parda, una de las categorías clasificatorias que se aplicaba a los descendientes de africanos esclavizados, combatió en el Ejército del Norte y llegó a ser nombrada capitana por el general Manuel Belgrano. Conocida como la “Madre de la Patria”, su imagen representa un símbolo en la lucha de las mujeres afroargentinas.
En Argentina se celebra el 8 de noviembre el Día Nacional de los Afroargentinos, en homenaje a ella, fallecida el 8 de noviembre de 1847.
Josefa Tenorio, otra gran figura del período, fue una mujer negra que sirvió en la gesta Sanmartiniana en Mendoza. Conocida por haberse vestido de hombre para que la aceptaran, cuando se enteró que, de ganar la guerra los realistas, todos los esclavos que habían sido declarados libres volverían a la esclavitud, decidió alistarse para prestar servicio en los Ejércitos de la Patria. Josefa terminó siendo Granadera y Abanderada del Ejército Libertador.
La historiografía argentina tradicional se encargó de crear una galería de héroes nacionales formada casi exclusivamente por hombres, ocultando la historia de estas mujeres, pero ellas fueron parte de la Independencia, se sumaron a los frentes de batalla, combatieron contra el régimen colonial y aportaron a la causa revolucionaria. Estas son las imágenes de las mujeres negras de Argentina, así se construyó el país y así debería ser reflejado en nuestras escuelas.
La poeta afroamericana Audre Lorde escribió: las luchas unidimensionales no existen, porque no vivimos vidas unidimensionales. Entender el pluralismo del mundo, de las personas que lo habitan, escuchar las voces de quienes condenan injusticias sociales, y luchar junto a esas personas, es lo único que nos acercará a la posibilidad de lograr justicia social. Mientras la perspectiva de género se reduzca sólo a eso, al género, no podremos decir que estamos generando un cambio justo en la sociedad para las mujeres y el patriarcado seguirá beneficiándose mientras tanto de estas barreras.
Las mujeres negras dijeron que sus problemas no empezaban y acababan solo en el patriarcado, y que para pensar y construir un mundo libre y habitable para todos, era preciso entender cómo se trenzan e interseccionan, las distintas opresiones de género, raza, clase o sexualidad.
Lorde se presentaba ella misma como “negra, lesbiana, madre, guerrera y poeta”, entendiendo que contemplar y aprender de las experiencias de todas las mujeres, y no solo de aquellas más visibles (blancas heterosexuales), era el camino que debía tomar el feminismo. Encontramos en los movimientos actuales como el “Black Lives Matters” y el “SayHerName”, surgidos luego de los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor, respectivamente, palabras aludiendo a los escritos de la poeta. Suya es la conocida frase: Como mujeres, algunos de nuestros problemas son comunes, otros no. Ustedes, las blancas, temen que al crecer sus hijos varones se sumen al patriarcado y testifiquen contra ustedes. Nosotras, en cambio, tememos que a los nuestros los saquen de un coche y les disparen a bocajarro en plena calle, mientras ustedes dan la espalda a las razones por las que están muriendo. Lorde veía en el reconocimiento de nuestras diferencias el motor de cambio.
Existe una deuda histórica, y las mujeres afroargentinas reclaman que sean incluidas en la currícula escolar, las páginas que han escrito esos argentinos descendientes de esclavizados que se amalgamaron con la historia argentina y que forman parte de la libertad que hoy disfrutamos.
Los feminismos afro latinoamericanos y caribeños fueron los menos visibles a pesar de haber sido parte de las revoluciones nacionales o de los movimientos de liberación colonial. El feminismo debe incluir su lucha si quiere realmente hacer frente al patriarcado, y debemos prestar atención a sus voces, hacer un recorrido de su historia es fundamental. Se trata de aportar a la descolonización del feminismo desde la visibilización de la diversidad de contextos, realidades y culturas que hace a las mujeres un sujeto plural y no homogéneo.
*Estudiante avanzada de Ciencia Política (UBA) / Trabajo presentado en el marco de la materia "Opinión y Análisis Político en Medios de Comunicación" (Cátedra Lloret)
Twitter: @analisispolyop