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Nicolás Massot: "Lo veo bien a Guzmán"

El ex diputado del PRO participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil. El futuro de los liderazgos en Juntos por el Cambio. La vacuna rusa y su posible aplicación en el país.

Nicolás Massot Posgrado
Nicolás Massot fue entrevistado por los alumnos del Posgrado Perfil - USAL. | Captura de pantalla.

Nicolás Massot participó de una conferencia de prensa virtual organizada por los estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación de Editorial Perfil y la Universidad del Salvador (USAL). Habló sobre el armado político de Juntos por el Cambio para las próximas elecciones y opinó sobre la compra de la vacuna rusa por parte del Gobierno. "No creo que la nacionalidad deba ser un atributo a considerar, más allá del color político y de la afinidad que uno tenga con el gobierno de Rusia. Es un país que, en términos científicos, es confiable", aseguró.

El ex legislador y actual director del Banco Ciudad realizó una autocrítica del gobierno anterior y se mostró a favor de la gestión de Martín Guzmán: "Creo que la gestión del ministro de Economía fue buena en la renegociación de la deuda, tal vez se podrían haber logrado resultados similares en un período de tiempo menor, pero en general, lo veo bien a Guzmán", dijo Massot en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Qué futuro le ve a Macri en Juntos por el Cambio en vista de las presidenciales?

—Él va a tener un rol que tienen muy pocos en este país, que es el de ser un ex Presidente aún con vida y con posibilidades de seguir en política, con el desafío de efectivamente ejercer ese rol, que no necesariamente es desde lo electoral. Muchas veces es un rol de referencia, de consulta, o marcando una impronta. Aún no ha especificado si quiere o no ser candidato, pero todas las señales que ha dado van en la negativa. Es una decisión muy personal de él. El liderazgo de Macri cuando era Presidente no tenía un estilo de verticalidad, algo más acorde a lo que nos tiene acostumbrado el actual oficialismo en la historia. Así como no nos sorprendió la horizontalidad a la hora de ejercer el poder, no debería hacerlo ahora en su rol de ex mandatario. Seguro va a ayudar a fomentar nuevos liderazgos en la coalición, que afortunadamente los hay y son muy buenos.

—¿Qué piensa sobre la polémica generada alrededor de la compra de la vacuna rusa por parte del Gobierno?

No creo que la nacionalidad deba ser un atributo a considerar, más allá del color político y de la afinidad que uno tenga respecto del gobierno actual de Rusia. Es un país que, en términos científicos, es confiable, objetivo. Seguimos hablando de las vacunas y no hay nadie que pueda resolver la logística que implicaría todas esas 20, 25 millones de dosis en las 24 provincias del país. Me parece que lo más acertado por parte del Gobierno es tener opciones, avanzar en las negociaciones con todos los laboratorios que cuenten con el respaldo científico y que cumplan con todas las etapas según lo dispuesto por la Organización Mundial de la Salud. En definitiva tenemos que confiar en las autoridades de nuestro país, no creo que vayan a politizar un tema tan sensible como éste.

—¿Cómo evalúa la gestión del ministro de Economía?

—Me parece que es interesante analizar no sólo la gestión de Guzmán sino la del Gobierno en general. En los últimos días se tomó una conciencia mayor de la magnitud de la crisis de confianza que existe. Se dieron muestras de cierta disciplina fiscal a partir del armado del Presupuesto y sobre todo con los anuncios de la finalización de los programas de emergencia del Coronavirus, lo cual representaba más de tres puntos del producto. Estas son señales que generan cierto grado de confianza respecto a la sustentabilidad del gasto público. Creo que la gestión del ministro fue buena en la renegociación de la deuda, tal vez se podrían haber logrado resultados similares en un período de tiempo menor, pero en general la veo bien. Creo que sus últimos movimientos dieron bastante tranquilidad en términos de conciencia fiscal. Todo el gobierno tiene que acompañar ese trabajo reforzando la confianza de largo plazo en el país, sino poco va a cambiar en términos de repatriación de capitales o de la monetización de los ahorros en moneda local.

Nicolas Massot Posgrado

—¿Qué autocrítica puede hacer de cuando fueron gobierno?

—En un momento muy particular tuvimos una delegación de confianza que no es fácil de encontrar. Fuimos responsables de poner las expectativas muy altas respecto a la velocidad de las transformaciones necesarias para cumplir con lo que nos habíamos planteado. Creo que esa oportunidad histórica y esas expectativas requerían de una grandeza a la hora de ejercer el poder, de un nivel de apertura dirigencial que estuviera acorde. En algunos períodos de nuestro mandato, sobre todo al final, nos transformamos en una facción más y nos alejamos de lo que nos pidió la ciudadanía en 2015, que era constituir un punto de inflexión, un cambio de formas y de maneras de hacer política, algo mucho más grande que lo que terminó siendo. En segundo lugar, somos campeones en plantear leyes que después son revisadas por haber sido sancionadas con escuetas mayorías y no mediante consensos duraderos. Nosotros finalmente no entendimos esa diferenciación. Los consensos son necesarios para lograr transformaciones profundas, tales como las que requería nuestro país, ya que trascienden a las mayorías (que no siempre son suficientes), y otorgan legitimidad a las medidas tomadas.

—¿Puede dar un ejemplo?

—Hoy estamos frente a la reforma jubilatoria, una cuestión absolutamente trascendental que en cualquier país se discute cada 40 años y nosotros la discutimos cada dos desde hace una década. Sin ir más lejos, hoy algunos en la oposición cuestionan profundamente la reforma que está llevando el Gobierno, que en realidad tiene puntos en común con lo que nos tocó llevar a nosotros en 2017. A su vez, muchos de los que hoy están en el oficialismo y hacen apología de esta medida, hace dos años la veían como una traición al pueblo y a los jubilados. Con este nivel de ambivalencia es muy difícil lograr sustentabilidad.

—¿Qué opina sobre las declaraciones de Mauricio Macri y su arrepentimiento de haber elegido al "ala peronista" de Juntos por el Cambio cuando era Presidente?

—En su momento nos tomó por sorpresa. Nosotros siempre le reclamamos al ex Presidente mayor injerencia personal en la conformación de acuerdos políticos. Si esa fue la crítica de fondo que él hizo, en ese caso nosotros la compartimos. Siempre fuimos autocríticos de nuestro gobierno, incluso cuando nadie lo era, porque contábamos con un respaldo importante. Notamos algunas fallas en la dinámica del poder y una falta de amplitud y de grandeza a la hora de construir acuerdos duraderos y no coyunturales que le dieran mayor robustez a nuestro plan de gobierno. Entonces, lo interesante de la autocrítica es que ojalá el ex Presidente personalmente se hubiera involucrado mucho más, que fue lo que en su momento le reclamamos.

—¿Quién lidera Juntos por el Cambio hoy?

—No es algo muy común en nuestro país que haya un espacio con tantas figuras que generen expectativa electoral a nivel nacional, es decir, que tengan un grado de penetración y reconocimiento en la sociedad que los haga ser jugadores a ese nivel. Obviamente además de Macri pienso en Horacio Rodriguez Larreta, Martín Lousteau, María Eugenia Vidal, Patricia Bullrich, Diego Santilli, Rogelio Frigerio y seguramente me estoy olvidando de muchos, como Lilita Carrió. Hay mucha masa crítica para un liderazgo más complejo, más de mesa y no de individualidad. El año que viene hay elecciones y habrá muchas provincias renovando senadores, intentar mantener un tercio de la representación en el Senado se transformó en lo más importante. Y de cara al 2023 la reformulación de los candidatos a Presidente, a Gobernador de la provincia de Buenos Aires y a Jefe de Gobierno de la Capital Federal, además del resto de las provincias.

—¿Qué piensa sobre las denuncias que involucran a Macri en Hermano, el libro de Santiago O’Donnell?

—En todas esas denuncias hay procesos judiciales en marcha y no nos queda otra que pedir transparencia y celeridad. Los políticos le hacemos muy mal al país cuando queremos inmiscuirnos en los procesos de la justicia y transformar opiniones en sentencias, siendo oficialismo u oposición. Yo respeto absolutamente el trabajo periodístico, que muchas veces va por delante de la justicia que es más lenta. Ésta también tiene cierta responsabilidad para que eso ocurra debido a la falta de eficiencia y eficacia en dar respuestas.

—¿Cree que existió una cadena de mando en el espionaje ilegal que sufrió por parte de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI)?

—La verdad es que no tengo elementos para juzgarlo y en caso de tenerlos no sería más que una opinión personal que me parecería poco responsable dar. Los políticos siempre nos llenamos la boca hablando de la independencia de los poderes y creo que nos toca honrarla especialmente cuando nos sentimos damnificados. Lo único que sabemos y que sabe la justicia es que existió espionaje ilegal por parte de empleados e integrantes de la AFI, y eso de por sí representa una gran irregularidad y revierte una gran gravedad, independientemente de la cadena de mando. Estamos frente a un hecho de lo más grave que lamentablemente forma parte del acostumbramiento a la normalidad en nuestro país, donde las instituciones están tan poco valoradas.

—¿Quién cree que gobierna en Argentina, Alberto o Cristina?

—Yo no tengo ningún elemento ni información privilegiada con la cual pueda determinar cómo es la dinámica de la coalición gobernante y la relación entre ellos, pero el presidente es Alberto Fernández y es quien tiene toda la potestad para ejercer su poder con la delegación de confianza que tuvo en las elecciones hace tan sólo once meses. Siempre hay que honrar el voto popular, sería un error que el gobierno actual se aleje de la estructura con la cual regeneró la confianza en la sociedad y que le permitió ganar las elecciones. Además de la alianza entre el Justicialismo y el Frente Renovador, la gente votó una actitud moderadora por parte de Cristina Kirchner, a partir de deponer su propia candidatura en favor de alguien que había sido muy crítico de ella, y que se mostraba mucho más aperturista frente a lo que se venía en Argentina.

—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil y lo invitamos a cerrar la entrevista con un comentario que usted quiera realizar.

—Les agradezco la oportunidad, estaré siempre a disposición de poder colaborar en un espacio formativo y espero tratarlos cuando ya estén en el ruedo, si es que yo todavía lo estoy.

Por Cecilia Degl’Innocenti y Ayelén Berdiñas
Estudiantes de Periodismo
Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL