UNIVERSIDADES
articulacion del conocimiento

Ventajas de impulsar el aprendizaje técnico

Las escuelas secundarias especializadas permiten profundizar la inserción de alumnos con un alto perfil profesional. Vincular experiencias del nivel medio y superior para mejorar la calidad educativa.

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Cuando los sistemas universitarios son elitistas, la pregunta por la calidad de la enseñanza media no aparece. Sin embargo, la masificación de la educación superior, meta explícita en casi todo el mundo, conlleva una problemática antes inexistente: cómo son los egresados del secundario. Frente a este desafío, algunos nostálgicos plantean que si en el numerador colocamos a los egresados universitarios y en el denominador a los ingresantes, optan por reducir el denominador en lugar de buscar caminos para que los egresados crezcan en número. En lugar de
comprar un par de zapatos más grandes, prefieren cortarse los pies.

Para los que escogemos soluciones racionales, hay otros caminos dentro de las instituciones universitarias: tutorías, clases de nivelación, apoyo administrativo, etc., etc. Sin embargo, no es mucho lo que se discute sobre el papel de los colegios secundarios de dependencia universitaria en este tema. Lo cierto es que hacia 2009 había unos 64 establecimientos de estas características distribuidos en casi todo el país, si incluimos a los siete militares. De ahí en adelante, el gobierno nacional, durante la presidencia de Fernández de Kirchner, creó 12 escuelas técnicas más, de las cuales todavía la mitad están en diferentes niveles de desarrollo. Por ende, podemos afirmar que hay un potencial enorme para que se produzca una verdadera ósmosis entre las provincias y el sistema universitario, y la bisagra para esa articulación deberían ser esas instituciones preuniversitarias.

¿Por qué afirmo esto? Sencillamente, porque las universidades están más cerca de la investigación mientras que los sistemas educativos provinciales, de la docencia. Esto es, los establecimientos preuniversitarios pueden ser, y en muchos casos ya lo son, experimentales e innovadores, que sirven al resto del sistema como campo de experiencias y de análisis de distintos caminos posibles.

Ser puente. Más aún, la necesidad de articulación con las escuelas secundarias tiene que ver con dos objetivos: vincular saberes y experiencias docentes provenientes de ambos niveles, generando canales de diálogo entre profesores secundarios y universitarios, con el fin de hacer menos abrupto el pase de los estudiantes de un nivel al otro, reducir los niveles de deserción, trabajar juntos para fomentar en los jóvenes el desarrollo de vocaciones científico-tecnológicas y dar respuesta a la creciente demanda de aquellas profesiones consideradas prioritarias para el desarrollo del país, como las ingenierías.

Caso UNAJ. En este sentido, quiero detenerme en la experiencia de la Universidad Nacional Arturo Jauretche en lo referido a tres cuestiones. Por un lado, la necesidad de ingenieros. Incluso, hace unos días el presidente Macri se detuvo en ese tema. Si bien la matrícula creció en 2016 entre 15% y un 18% en todo el país, en nuestra universidad este incremento es cercano al 40%, y lo cierto es que aún hay un camino intenso por recorrer.

Por otra parte, un estudio realizado por el Observatorio de Calificaciones Laborales (OCAL) de nuestra universidad, referido a la demanda de calificaciones laborales en la región (Almirante Brown, Berazategui, Florencio Varela, Presidente Perón, Quilmes y San Vicente) remarca que en todos los sectores productivos se evidencia que los sectores químico (87,9%) y metalmecánico (64,2%) presentan la mayor proporción de búsquedas de personal entre los sectores analizados. Y dentro de este grupo de distritos, Berazategui y Florencio Varela son los partidos donde mejor se produce la relación entre búsqueda e incorporación de personal calificado.

En tercer término, la experiencia previa de relación con el sistema secundario de educación. En nuestro caso comenzamos articulando con el nivel secundario a través del Programa de Mejora de la Enseñanza en Ciencias Exactas y Naturales en la Escuela Secundaria, en el cual nuestra universidad viene realizando actividades de intercambio, capacitación docente y acercamiento de los alumnos al ámbito universitario, y al mundo científico y tecnológico con docentes y estudiantes de más de veinte escuelas secundarias de la región. Por lo demás, el hecho de que la inmensa mayoría (89%) de nuestros estudiantes son los primeros que acceden a la universidad en sus familias, nos brinda un conjunto de conocimientos y de temáticas muy importantes a la hora de acceder al desafío de un colegio secundario en la zona.

Pues bien, de la necesidad de ingenieros, de la demanda laboral en la zona y de la experiencia acumulada surgen las características que ha de tener la creación de nuestra propia escuela secundaria técnica en el barrio San Francisco de Florencio Varela, cuya construcción estamos comenzando en estos días.

Florencio Varela es un distrito densamente poblado que en la actualidad cuenta con cinco escuelas secundarias técnicas, lo cual genera una demanda concreta de más establecimientos educativos de nivel medio. En este sentido, la universidad propuso, junto al municipio local, la creación de una escuela secundaria técnica universitaria en una zona de alta vulnerabilidad social y educativa y de fuerte demanda.

Proyecto-realidad. Mediante el aporte financiero del Ministerio de Educación, las obras fueron licitadas y están comenzando. Se trata de un edificio escolar, dos laboratorios, un campo de deportes y un comedor, que suman una superficie cubierta de 5.400 metros cuadrados. Estará ubicado en un territorio que prácticamente no tenía colegios secundarios, y menos aún de educación técnica, que requiere un equipamiento especial.

El proyecto combina la idea de innovación como aporte al sistema educativo con la idea de inclusión con calidad, y aspira a que jóvenes de los barrios más humildes desarrollen vocaciones profesionales y científicas como una apuesta de futuro.

Como máximo, cursarán 630 estudiantes en la escuela. Habrá dos orientaciones, Química y Electrónica; acorde a los estudios que antes mencioné, será de jornada extendida (35 horas semanales), se está conformando un equipo en el que participan docentes universitarios con experiencia secundaria y docentes secundarios del territorio, y se incorporará un conjunto de experiencias pedagógicas y didácticas, como talleres que integren teoría y práctica en los laboratorios, todo lo cual, estimamos, no sólo ayudará al territorio con un mayor nivel de escolarización sino que constituirá un elemento a tener en cuenta en futuros planes de estudio que se desarrollan en diferentes ámbitos.

*Rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ).