En la selva de Boquete, en las Tierras Altas del oeste de Panamá, el ecoturismo es la actividad que deja más ingresos a la provincia de Chiriquí. Se hacen audaces ascensos a la cima del Volcán Barú, caminatas por el Sendero de los Quetzales –con avistaje de quetzales garantizado- y aventuras no aptas para cualquiera.
Por ejemplo, el descenso en tirolesa a 60 km por hora que realiza la mujer que fue filmada en el video que acompaña este artículo.
Mientras la turista desaparecía entre las brumas del bosque frondoso, Antoni Bilonick, piloto profesional de aviones teledirigidos, lanzó a 100 metros un dron para filmar el momento. Así, quedó registrado, y Europa Press lo rescata del inmenso callejón de youtube.
Esta zona panameña de difícil acceso tiene uno de los climas templados más benéficos del país y, al haber crecido sobre la Cordillera de Talamanca, está salpicada de picos entre los 800 y los 2.000 metros de altura.
Allí se suceden los cerros Horqueta, Azul, Pata de Macho, Respingo, La Estrella y tantos otros, engarzados por los cauces de los ríos Chiriquí y Caldera.
Tierra fértil y bien irrigada, el cultivo de las flores y el café dio comienzo, en los años 70, a la celebración de una de las fiestas más populares del país, La Fiesta de las Flores y el Café, precisamente, que tiene lugar en enero.
Sin embargo, no es la única. En este florido distrito de 488 kilómetros cuadrados y 22 mil habitantes, también se celebra en abril la “semana de las orquídeas”.
La inaccesibilidad del paraje contribuyó a que la colonización española de América le fuera esquiva, razón de sobra para que dos importantes tribus aborígenes se refugiaran aquí.
Los ngöbe del centro del país y los misquito de la zona del Caribe, eligieran Boquete como su nuevo lugar en el mundo, en donde todavía proliferan o se mezclan con el resto de la población.
A mediados del siglo XIX también comenzaron a llegar inmigrantes franceses, alemanes y estadounidenses. Fueron, de hecho, quienes trajeron el hábito y el saber del cultivo de las legumbres y el café y también la cría de ganado. Su impronta también quedó plasmada en la arquitectura de la capital del distrito, Bajo Boquete.
A la par que el video se difunde y promociona las increíbles bellezas panameñas, el gobierno manifiesta su preocupación por el alza de casos de coronavirus en el país de 4,2 millones de habitantes. El esplendor de la naturaleza centroamericana, de todos modos, seguirá esperándonos.
MM CP
