La premiada directora Corina Fiorillo (ganadora de múltiples Premios ACE y Hugo) se lanza por primera vez a la escritura en solitario con La lógica de la culpa, un thriller psicológico que promete mantener al espectador al borde de su asiento. La obra, protagonizada por dos "actorazos" como Roberto Vallejos y Gustavo Pardi, explora temas universales como la verdad, la memoria y el peso implacable de las decisiones del pasado. La trama se desata con el reencuentro casual de dos amigos después de 27 años de silencio. Este encuentro no es una mera nostalgia, sino el catalizador para que un hecho oculto resurja con una fuerza capaz de modificar todo lo que construyeron en ese largo tiempo.

"La lógica de la culpa nace de una pregunta que me hago: ¿qué lugar ocupa la verdad en nuestras vidas? ¿Existe la verdad como algo concreto y real?", reflexiona Corina Fiorillo durante una entrevista exclusiva. Esta obra se adentra en la relatividad de la memoria, mostrando cómo cada individuo reconstruye su propia historia. La verdad, sugiere la autora, es un concepto que se moldea por el tiempo y por la necesidad de creer, "capaz inventada de tanto recrearla". Fiorillo confiesa que su primer texto dramático en soledad fue un desafío, donde la memoria, los hechos, la culpa y la verdad se confunden "como en un sueño que insiste en repetirse". El foco de la obra no está en el hecho silenciado en sí mismo, sino en cómo el secreto atravesó y definió las vidas de los dos protagonistas.
Un dúo actoral que engrandece el material
La directora pensó en Vallejos y Pardi desde el inicio de la escritura, sabiendo que su capacidad actoral podía llevar el texto a otro nivel. "Logran pasar de un estado al otro de una manera increíble", afirma la autora y directora. Los personajes habitan ese borde donde intentan decir lo que callaron, reconstruir lo irrecuperable y, quizás, encontrar una salida. Así lo cuenta en la entrevista:
Para este texto Corina optó por una puesta en escena minimalista y sintética. La escenografía, que sólo utiliza sillas para crear ambientes, se complementa con el diseño sonoro de Tomás Pol y la iluminación de Ricardo Sica, elementos que el público ha notado por su capacidad para sugerir espacios y tensiones (de hecho, algunos espectadores han creído ver una "mesa" donde sólo había sugestión). Si bien la propuesta aborda el sentido de la culpa, base de la sociedad occidental, y el paso del tiempo, la autora asegura que el espectáculo es para todas las edades. La historia está contada "como un puzzle", manteniendo al espectador activo y ágil mientras se reconstruye el secreto.

"Creo que es un espectáculo que le puede gustar tanto al que le gusta armar un thriller policial como al que le gusta ver grandes actuaciones", concluye la directora, invitando al público a desentrañar este nudo que, al reaparecer, obliga a mirar inevitablemente aquello que se dejó atrás. Las funciones son, desde el 18 de octubre, los sábados a las 17 en el Teatro del Pueblo (Lavalle 3636, CABA). Encontrá acá más info sobre las entradas.