Ayer 23 de octubre Imagine Dragons se presentó por quinta vez en la Argentina, trayendo toda su energía y la espiritualidad que los caracteriza. El show comenzó con puntualidad pasadas las 21 con Fire in These Hill, canción que pertenece al ultimo disco Loom y que da nombre a la gira que los trajo al Hipódromo de San Isidro. Dan Reynolds entró al escenario envuelto en la bandera argentina, moviéndola con orgullo y dando la bienvenida a la las próximas dos horas de un show que no se detuvo. Si hay algo que lo caracteriza es que habla sólo lo suficiente para dar su mensaje de que nos quiere y que, durante el tiempo que dure el concierto, el espectador podrá sentir lo que quiera porque ellos están ahí arriba para eso: para permitirnos sentir felicidad, tristeza o enojo, ya que son un grupo que promueve la importancia de la salud mental y de evitar que la depresión nos gane.

En el concierto no podían faltar los temas que nos sabemos todos, como Thunder, que fue la segunda canción; Bones; Whateve ir Takes; Radioactive que fue presentada con Dan tocando el bombo al igual que lo hace en el videoclip; Demons; Natural. Cuando le llegó el momento a Sharks pasó algo muy lindo: tres fans de la sección VIP llevaron trajes inflables de tiburones, Dan las vio y sin dudarlo las hizo subir al escenario para que bailaran con él. Fue un momento muy dulce y toda la gente las apoyó vitoreándolas y sintiéndose representados por ellas. Se sintió esa buena energía que siempre trae Imagine Dragons cuando están en el escenario. Al terminar el cantante les dio un abrazo y hasta se sacó una foto con una de ellas.
Cada tema del nuevo disco llegó con una introducción de un minuto, con una voz en off en inglés recitando un poema sobre las olas o las montañas, cuyas imágenes se mostraban en las pantallas. Cabe destacar la calidad impecable de estas pantallas, que entregaron todo lo que ocurría sobre el escenario sin importar el lugar en el que estuviera el espectador, incluso cuando eliminaban el fondo y agregando fondos digitales. Si bien el concierto se realizó sin problemas, se notaba la preocupación de todos por la tormenta que se acercaba: a lo lejos se veían los relámpagos.

En un momento dejaron a la gente cantando para acomodarse en el centro de la pasarela y los cuatro integrantes de Imagine Dragons tocaron diferentes percusiones al unísono completado el sonido de la canción. Fue en un silencio que un relámpago cubrió el cielo, sin el trueno que los suele acompañar. Todo el mundo guardó un momento de silencio para acompañarlo con un "guau" y seguir cantando.Indudablemente la canción de cierre fue Believer, una de las más populares que tiene la banda, y todos cantaban a la par. Fue super satisfactorio todo el espacio que le dan al Lollapalooza lleno de fans en un ambiente tranquilo, padres con hijos pequeños, con adolescentes, grupos de amigos, muchísima gente disfrutando en paz.
La nota discordante: entrada y salida multitudinaria
El concierto fue excepcional pero el acceso y la salida del Hipódromo de San Isidro es algo caótico que los organizadores deberían resolver de mejor manera porque desmotiva a asistir al próximo espectáculo que se haga allí. El pase para el estacionamiento, comprado on line en AllAccess, no incluía la dirección. Desde Capital se hizo complicado llegar a San Isidro por la cantidad de autos. Al terminar, de manera similar, mientras la marea de gente salía, se espera que no lo haga por el estacionamiento, pero caminaban entre los autos, que de por sí iban a paso lento. Y todo se complicó con la inminencia de la tormenta sin que nadie los ordenara. Una vez que se dieron cuenta de cómo podían mover los autos fue que la fila empezó a avanzar, detalles que hicieron de este concierto algo estresante y que le quitan satisfacción a lo que se vio y disfrutó.