“Yo tengo la culpa. Soy el responsable de reducir los actuales índices de obesidad y sobrepeso en la Argentina”. Así arranca la charla con PERFIL el doctor Alberto Cormillot, flamante coordinador del área de Alimentación Saludable del Ministerio de Salud de la Nación. En su nueva función, el reconocido médico nutricionista sabe que se enfrenta a un gran reto: 44 millones de argentinos que comen mal y 24 o 30 que sufren obesidad o sobrepeso. “Es la primera vez que el país decide tener una política de nutrición. Es un sector que antes no existía. La decisión del ministro Jorge Lemus es armar un Instituto o Agencia Nacional de Nutrición (la diferencia sería el grado de autarquía). Es necesario institucionalizar este espacio para que sea visible. Hoy estoy yo a la cabeza”, explicó Cormillot. Entre las primeras medidas en agenda está reglamentar la Ley de Obesidad, sancionada en 2008, y la Ley de Reducción del Consumo de Sodio, aprobada en 2013. Esta última plantea la reducción progresiva de la sal contenida en los alimentos procesados hasta alcanzar los valores máximos en cada grupo alimentario. La OMS recomienda un consumo diario de 5 gramos de sal, mientras que en Argentina el consumo es de 11,2 gramos. “Estamos negociando qué acuerdos podemos hacer con la industria para empezar a reducir azúcar, grasas, calorías, sodio o porciones de los alimentos”, sostuvo. “Tenemos claro que debemos trabajar con la industria, con los kioscos, con bares y restaurantes, para que haya una oferta gastronómica saludable”, detalló el médico. Cormillot también busca poner en práctica las guías elaboradas por el Ministerio de Salud sobre alimentación saludable, diabetes y actividad física. “Están publicadas con todos los detalles para el conocimiento científico, pero ahora se están transformando para que lleguen al público”. En ese sentido, algunas cadenas de comida rápida y supermercados se han ofrecido para dar a conocer cartelería del Ministerio. “Además, estamos elaborando un material para saber qué preparar con lo que uno tiene en la heladera. Hay mucho por hacer”, concluyó Cormillot.
